Una veintena de jubilados habaneros, encuestados sobre la unificación monetaria que, presuntamente, entraría en vigor a partir del próximo 1 de octubre en la isla, coincidieron en que dicha medida, que el régimen viene anunciando desde el 2003, “empeorará la vida a los que dependemos de una chequera”.
Este fin de semana un audio ha estado circulando entre los cubanos, vía WhatsApp, en el que se escucha a una mujer referirse a una supuesta capacitación en centros laborales sobre la inminente eliminación del peso cubano convertible (CUC). No se tienen mayores indicios de la veracidad de tal fuente –ese archivo bien podría ser una operación del gobierno para medir el estado de opinión sobre las medidas ya tomadas–, pero el timonazo del régimen hacia la dolarización, la recurrencia del tema del cambio de moneda en los medios oficialistas que nada dicen si no los mandan, y ahora este audio, tienen a los ciudadanos con la certeza de que pronto “muere del CUC” y la incertidumbre sobre sus efectos en la economía familiar.
Después de la fecha anunciada como posible caída de una de la moneda del país, el régimen cubano fijaría un período de seis meses para que los ciudadanos cambien los CUC que tengan en su poder al valor de la tasa actual [24 pesos cubanos por 1 CUC], luego del cual la tasa de cambio quedará fijada a 20 pesos cubanos por 1 CUC.
Entre las explicaciones ofrecidas por la supuesta funcionaria que recibió toda la información como parte de los seminarios sobre reordenamiento monetario para el sistema empresarial, la canasta básica tendrá un valor de 1.528 pesos cubanos porque se eliminará todos los tipos de subsidios. A este mismo valor sería estipulado el salario escala mínimo de los trabajadores.
“Esto significa que a partir de octubre los jubilados estaremos más jodidos”, opinó Natividad Consuegra, quien maestra retirada y con una chequera que no supera los quinientos pesos (equivalentes a uno 20 dólares).
“Tal y como estaban las cosas ya no podíamos pagarnos el costo de la vida, así que ahora sin ningún producto subsidiado nos toca morirnos de hambre a quienes trabajamos la vida entera”, lamentó Consuegra.
La totalidad de los encuestados criticaron que el régimen no informa a la población de ninguna de estas medidas económicas que cambian drásticamente la vida a los cubanos, esencialmente a los sectores vulnerables como jubilados y acogidos a los sistemas de asistencia social.
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“Y dónde quedó aquello de que todas las decisiones trascendentales serían consultadas con el pueblo”, increpó Lázara Juana Nápoles, ex entrenadora deportiva.
“Por qué tiene el pueblo que enterarse de estos grandes cambios, muchos para peor de la mayoría de los cubanos, de esta manera. Por qué predomina el secretismo cuando está en juego la sobrevida misma de las personas. Según ese chisme que anda rodando, nada se habló de incrementar la chequera a los retirados, pero sí de todos los productos básicos, incluso hasta del uniforme escolar”, criticó Nápoles.
Aumento de salarios… y de precios
Según el “rumor” que recorre la isla, el reordenamiento monetario prevé el aumento de los salarios y no se impondrán límites para los pagos, pero sí aumentarán los precios de los productos en tanto se está realizando un estudio de formación de precios y a todos los artículos importados se les aplicará el cálculo del valor de la tasa de cambio.
Entre los productos y servicios que no experimentarán el incremento de sus precios se mencionaron la leche de la canasta básica, la merienda escolar y la electricidad, sin embargo, el uniforme escolar ya no estará subsidiado.
Natacha Guevara, divorciada, madre de dos menores de edad y con graves problemas de vivienda, preguntó alarmada: “¿Qué se harán las mujeres con hijos menores de edad que dependemos de la asistencia social?”.
“Si el uniforme hay que pagarlo a costo no subvencionado, esto me dice que entonces la escuela en cualquier momento habrá que pagarla. Y los materiales de construcción que eran subsidiados… Cómo quedamos los que tenemos problemas de vivienda. Si esto es así estamos ante un abandono total del Estado”, razonó Guevara.
La desesperación de esta mujer, acogida a la asistencia social con una chequera de madre cuidadora de apenas 165 pesos mensuales, es extensiva al caso de Orestes Gutiérrez, quien tiene a sus dos padres en estado delicado de salud. La madre de Gutiérrez fue ama de casa toda la vida y la chequera de su padre no sobrepasa los cuatrocientos pesos mensuales.
“Por qué el Gobierno hace esto, de enterarse uno así, en plena calle”, insistió Gutiérrez casi sin dar crédito a los documentos y audios filtrados que anuncian el advenimiento de una unificación monetaria, en el peor escenario económico y financiero posible. Durante los últimos meses, entre la crisis del coronavirus y las decisiones gubernamentales, se ahondó la brecha de las diferencias sociales en el país.
“Para empezar especulo que el servicio de cuidar a mis padres, para yo poder trabajar, subirá también el precio porque se habla de eliminar todos los servicios subsidiados. Lo otro que está por verse es cuáles productos van a prevalecer, porque Cuba no está produciendo ni boniatos, y entonces si los productos que van a predominar en el mercado serán los importados, ni con ocho salarios se podrá salvar el mes”; especuló Gutiérrez.
Mientras contemplaba desde su balcón el paseo del Prado hasta el malecón, Ana Lidia Núñez solo pudo articular apenas palabras después de enterarse del inminente reordenamiento monetario que impondrá el régimen en medio de la pandemia.
“Es una traición en toda regla. Trabajar casi cuarenta años para una pensión de cuatrocientos pesos esperando por la promesa de poder vivir de mi salario y con esta unificación de la moneda el Estado me dejará esperando la confronta… y lo más jodido: cuándo nos lo iban a decir”; concluyó Núñez.