Aarón Dávila González, el bebé de dos años que resultó lesionado de gravedad el pasado 6 de mayo en la explosión del hotel Saratoga, en la Habana Vieja, ya se encuentra “fuera de peligro”, reportó este viernes el Sistema Informativo de la Televisión Cubana en un emotivo reportaje durante su emisión estelar.
El niño, el más pequeño de las víctimas de la catástrofe y el más crítico durante varias jornadas, actualmente se encuentra en “óptimo estado de salud” y en rehabilitación en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez de la capital cubana, luego de dos cirugías cerebrales cuyos resultados fueron satisfactorios.
El día de la explosión, Xiomara de la Caridad González, madre de Aarón, llevaba a su pequeño a que recibiera la vacuna contra la COVID-19 que le correspondía por haber cumplido los dos años.
Según recordó en el reporte, al estar parada en el separador del semáforo ubicado en las cercanías del hotel, con su hijo cargado, sobrevino la explosión y la onda le arrebató a Aarón de sus manos.
“Yo no sé para dónde cogió el niño ni supe nada de mí. Siento que hay mucha nube así de polvo que no me deja ver. Mantuve la cama porque no sabía que podía estar alrededor mío, si me podía caer o si había escombro o algo, pero en ese momento hubo como una brisa que me dejó ver al niño delante de mí”, expuso Xiomara.
En su recuento de lo sucedido, agradeció la solidaridad de un chofer de carro de alquiler particular, de los llamados popularmente “boteros”, que lloroso por la situación que había pasado la llamó y le ofreció llevarlos al hospital Hermanos Ameijeiras.
El diagnóstico de Aarón mediante una tomografía arrojó que en su cerebro se había alojado un objeto extraño de dos pulgadas y media que actuó como un proyectil.
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El doctor Marlon Ortiz, especialista de segundo grado en Neurocirugía, explicó en el reporte televisivo que al pequeño se le hizo primeramente una descompresión para rodear el foco de fractura, “como está establecido en las técnicas quirúrgicas”, y se le levantó luego el fragmento óseo para poder identificar el fragmento de madera, “que tenía también tierra y fragmentos de metal muy pequeñitos”.
“Todos fueron retirados”, subrayó Ortiz, mientras que su colega, Peggys Oleydis Cruz, también especialista de segundo grado en Neurocirugía, comentó que el pedazo de madera impactó muy cerca del área motora, una zona del cerebro de extremo cuidado por las secuelas que las lesiones pueden producir para la vida posterior del paciente.
“Felizmente se cuidó todo muy bien y hoy el niño está sin secuelas”, destacó la galena.
Aarón tuvo una segunda cirugía en el Juan Manuel Márquez por complicaciones que afloraron en su evolución como un edema cerebral y otras que evidenciaban cierto deterioro del estado neurológico. Sin embargo, de ella también se recuperó satisfactoriamente y hoy se encuentra con buena salud, en rehabilitación.
“Él es un verdadero guerrero desde que nació”, dijo la madre del pequeño. Según explicó, es un niño ochomesino, de 34 semanas, al que dio a luz teniendo la presión arterial sumamente elevada.
La explosión del hotel Saratoga fue causada por una fuga de gas mientras un camión cisterna abastecía la instalación para su reapertura, tras cerca de dos años de cierre por la pandemia de COVID-19.
En el hecho resultaron lesionadas 99 personas, 46 de las cuales fallecieron y 50 recibieron el alta médica. Hospitalizadas permanecen tres víctimas, entre ellas Aarón.