Unos 1000 estudiantes villaclareños serán los primeros en comprar bicicletas a plazos, luego de aprobada la Resolución 98/2021, que establece las regulaciones para ese tipo de negocio.
Según Granma, el precio de cada ciclo es de 2900 pesos cubanos si se paga al contado; en cambio, si el beneficiario se acoge a la modalidad de pago a plazos, debe entregar inicialmente el 20% del importe total y pagar el resto a cuotas mensuales por hasta un año con interés del 2,5 %.
Los jóvenes también podrán hacer el pago de manera electrónica, usando la plataforma EnZona. Deberán escanear el código QR situado en el lugar y efectuar el pago, por lo cual también recibirán una bonificación.
Lesby Pérez, administrador del mercado industrial La campana, explicó a Granma que se favorecieron los alumnos de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, con bicicletas ensambladas en la Empresa Industrial Ángel Villareal Bravo, más conocida como Ciclos Minerva, de Villa Clara.
La Resolución 98/2021, del Ministerio de Comercio Interior, “facilita a la población el acceso a ofertas de bienes duraderos y otros artículos para satisfacer sus necesidades —sin la intermediación de una entidad financiera—, cuyos precios superen los 2500 pesos, entre estos, muebles, colchones, bicicletas, equipos electrodomésticos y otros artículos”, agregó Granma.
En mayo de este año la empresa Ciclos Minerva anunció que priorizaría la producción de bicicletas mecánicas debido a la escasez de medios de transporte en la isla, después de varios años sin producir estos vehículos.
Durante el conocido como “periodo especial”, tras la caída del campo socialista y el fin de las subvenciones de la URSS a su pequeño aliado en el Caribe, la economía cubana calló estrepitosamente; entre los sectores más afectados estuvo el transporte.
Cuba importó bicicletas chinas, que se convirtieron en un alivio para las familias, a falta de otros medios de transportación. La bicicleta pasó de medio de transporte a modo de vida, y el gobierno la utilizó como premio para estimular a los trabajadores estatales que lograban ciertas metas productivas.
La ruina de la economía venezolana redujo a mínimos los envíos de combustible barato a la isla. Las estimaciones apuntan a que, en su mejor momento, los envíos diarios de petróleo venezolano a Cuba llegaban a 150 000 barriles diarios; luego se redujo a 72 000 y, actualmente, apenas superan los 50 000.
La escasez de combustible se agravó con los efectos de la pandemia y la desconexión del país del mercado internacional.
