El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, viajó este 10 de enero a Nicaragua en un avión prestado por la empresa venezolana de hidrocarburos, PDVSA, para asistir a la toma de posesión de Daniel Ortega.
Los altos jefes del castrismo y sus familiares utilizan los aviones ejecutivos de la firma francesa Dassault desde 2006, cuando Chávez donó a su amigo Fidel Castro tres aeronaves Dassault Falcon 900 valoradas cada una en 30 millones de dólares del momento.
Díaz-Canel las utilizó para viajar a México en octubre de 2021, mientras los hijos del primer ministro, Manuel Marrero, las utilizaron para recreo en 2019, un escándalo que destapó uno de ellos, Manuel Alejandro Marrero Medina, al colgar las fotos del viaje en Instagram.
En Nicaragua, el gobernante cubano compartirá tribuna con otros aliados del régimen de Ortega: China, Corea del Norte, Irán, Rusia y Siria, para celebrar la reelección del sandinista, en unas elecciones marcadas por arrestos a opositores y denuncias de fraude electoral.
Ortega asumirá su quinto mandato de cinco años, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta. Ortega se encuentra en el poder desde 2007, tras haber coordinado una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.
Con esta investidura, sumaría 26 años en el poder y se convertirá en el mandatario nicaragüense con más años en la silla presidencial.
En las elecciones de noviembre no participaron sus políticos porque meses antes las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro, la favorita según las encuestas.
Según Urnas Abiertas, una organización independiente que dio seguimiento a las cuestionadas elecciones, solamente participó el 18,5% de los 4,9 millones de convocados a votar, aunque el Consejo Supremo Electoral de Nicaragua afirma que la participación fue del 65% de la población, y que Ortega ganó con el 75,87 % de los votos frente a sus contrincantes, caras poco conocidas en el país.