Una internauta llamada Daniela López, aparentemente desesperada porque “se haga justicia”, acaba de publicar el siguiente texto incendiario en un perfil recién abierto en esa red, donde ya roza los 700 comentarios, con el fin de denunciar a un exprofesor suyo de la Escuela Vocacional de Arte “Olga Alonso”, en Villa Clara, en la que dice haber cursado estudios y sido vejada por él.
“Hoy les pido ayuda, les pido me ayuden a compartir, a hacer justicia... Este hombre, si se le puede llamar así, es un pervertido, alguien que practica la pedofilia y aun así alcanzó el cargo de subdirector de internado en la EVA Olga Alonso de Villa Clara. Fue profesor de historia allí, donde se aprovechó sexualmente y para satisfacerse de niñas entre 11 y 15 años; las ponía a tener relaciones con otras personas, todo un enfermo. Fui víctima de él, dejé la escuela, me tuve que ir porque ya ni dormía. Hoy lo veo, me escribe por Facebook, es que ya ni lejos de la escuela este acosador enfermo se conforma. Para colmo admite que sigue gustándole ir a estar con niñas. A una escuela donde se aprovecha, las niñas están solas, sin padres ni nada. Por favor compartan y ayúdenme a que el mundo conozca quién es este enfermo y maniático...”
El texto anterior fue editado y corregido para hacerlo entendible en su reproducción, dada la escritura “moderna” que emplea apócopes, sintagmas, etc., pero el original aparece en esta captura de pantalla.
Resultaría increíble que una persona como esta, sumamente dañada por un abusador como el que se describe arriba, que amparado en su papel oficial de falso educador de artistas en una asignatura tan significativa como lo es la Historia, se escondiera tras un nombre común y sin datos reales que permitan corroborar semejante denuncia llevada ahora –sin constar fechas - al contexto público, no hace más que encender la llama de la discordia.
Sin embargo, algunas comentaristas reales y constatables, con un perfil claro que las describe como graduadas de esa misma escuela, cuales bailarinas o actrices, aseveran en sus comentarios que conocen a ese profesor violador, de mucho atrás, y de que ya es hora de ponerle freno a sus hasta ahora imparables fechorías.
Por ejemplo, Mariely Morejon, de 27 años, quien dice haber sido “abusada también por este profesor PGI”, y residente en esa ciudad villaclareña, exestudiante del grupo, alega que: “puedo decirles que el perfil será falso, pero él existe y la historia es cierta. Estoy segura de hecho. Y en septiembre lo vi cuando él aún visitaba la escuela, y ya no es profesor ni trabajador de allí”.
Otra santaclareña, Chavely Pérez, quien por su foto confirma ser contemporánea de la anterior, asegura que “(…) toda la gente que estudió en la EVA lo sabe, que él llevaba gente a esa parte del internado (…) y eso ha estado pasando por años (…) pues ya saben quién es”.
Entonces resta a la autoridad judicial policial, si funcionase como debiera frente a pronunciamientos tales, investigar al otrora profesor Dariel Toledo Sánchez, atenidos o no al perfil que suscita dudas por su estructura de evasiva información.
Para más incertidumbre, ostenta un promo de la “Comunidad de Viajeros y Mochileros en Cuba”, actualizado apenas hace algunas horas, y unas imágenes provocadoras suyas que, según quienes bien le conocieron porque fueron sus educandos, corresponden al susodicho individuo.
Mientras toda esa parafernalia acontece, cientos de comentarios aleccionan o juzgan qué deberá hacer la tal Daniela ante los recursos disponibles de la ley con su caso particular, y otros tantos desconfían de la veracidad de sus manifestaciones suscritas, por causa de no mostrarse tal cual se espera de alguien decidido a contar una historia tan triste como punible.
Cuba arrastra larga data y expedientación -muchas veces sin solución o archivados-, en cuanto a crímenes de odio, feminicidios, y abusos continuados contra su población más vulnerable, pero los casos de pedofilia constituyen parte muy sensible por su imbricación político-social e histórica.
Santa Clara en particular, y Cuba en general, han presenciado procesos criminales recientes contra seres humanos enloquecidos que han abusado, vejado, violado y hasta asesinado a menores, vástagos incluso, de manera creciente en los últimos tiempos, según deban mostrar las estadísticas, sean las secretas, oficiales o independientes.
Los grupos que en la isla luchan últimamente con más ahínco contra este flagelo continúan desprovistos de una ley contundente y específica que empodere a las víctimas –en mayoría mujeres- contra sus perpetuos victimarios –en mayoría hombres-.