Cubanos residentes en varias partes del mundo convocan a marchar y manifestarse por la liberación de Cuba, con motivo de otro aniversario del inicio de las luchas independentistas en la mayor de las Antillas.
“Para derrocar definitivamente a la dinastía esclavista Castro, tenemos que rebelarnos en millones y al unísono, inundando las calles que nos pertenecen. La propuesta para la Rebelión Nacional es el sábado 10 de octubre al amanecer. ¡Viva Cuba Libre!”, reza la convocatoria a la manifestación en Cuba, que circula en grupos y perfiles de redes sociales, aunque sin explicitar las organizaciones opositoras o de la sociedad civil que pudieran estar tras la misma.
Similares iniciativas están siendo convocadas en Bilbao, España, y en Italia. “Cuba te necesita. Protesta por la liberación de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos”, se lee en la convocatoria de la manifestación en España, también prevista para el 10 de octubre, mientras que en la italiana, organizada para dos días antes, se conmina a protestar por la libertad de Cuba y a unirse contra la dictadura.
El Observatorio Cubano de Conflictos registró 42 manifestaciones públicas en la isla durante septiembre, una cifra que además de significar que hubo más de una manifestación por día, sugiere disímiles motivos para mostrar inconformidad y reclamar, como violaciones a los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.
A juzgar por las convocatorias, dichos reclamos se harán presentes también el venidero 10 de octubre o en días cercanos, cuando se conmemora un aniversario más del Grito de Yara, en 1868, suceso que marca el inicio de la lucha armada en Cuba contra el colonialismo español.
El régimen gusta de verse como materialización de los anhelos de los mambises y todos los luchadores por la libertad de Cuba hasta 1959, así como la continuidad histórica de estos. Sin embargo, el movimiento iniciado por Carlos Manuel de Céspedes y seguidos por otros próceres de la independencia cubana distaba mucho en sus procedimientos políticos del sistema vigente actualmente en la isla, donde un grupo de personas deciden sin debate y sin competencia política el día a día y los destinos de todo un país.