Asociación Yoruba de Cuba reafirma que no acepta iniciación de mujeres en culto de Ifá

“No aceptamos, ni aceptaremos la iniciación de mujeres dentro del culto de Ifá, que no sea la Ceremonia del Ikofa de Orunmila”, reafirmó la Asociación Yoruba de Cuba. La declaración publicada en Facebook ha generado polémica entre religiosos de dentro y fuera de la isla
Mujer practicante de la religión yoruba
 

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La presidencia y junta directiva de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, junto al Consejo de Sacerdotes Mayores de Ifá, firmaron este ocho de mayo una declaración que rechaza la inclusión de mujeres.

“No aceptamos ni aceptaremos la iniciación de mujeres dentro del culto de Ifá, que no sea la Ceremonia del Ikofa de Orunmila”, afirmó la institución en una declaración, publicada en su página de Facebook.

Ante el reclamo de activistas por la igualdad de géneros y religiosas, creyeron que era necesario aclarar “una vez más”, que “no aceptamos ni aceptaremos la categoría Iyanifa o Iyaonifa dentro de nuestra institución. Tampoco aceptamos ni aceptaremos Orichas que no están reconocidos en nuestro Panteón y debidamente recogidos en nuestra liturgia”.

Los autores de la declaración refieren que no se trata de un acto discriminatorio: “valoramos tanto en nuestra cultura y religión como en nuestra sociedad a la mujer (…) nuestro actuar es en correspondencia con las doctrinas religiosas transmitidas por nuestros ancestros”.

De esta manera, reafirmaron una postura que anteriormente la Asociación Cultural Yoruba de Cuba ya había anunciado.

La publicación ha generado polémicas entre religiosos de dentro y fuera de la isla. El artista y realizador audiovisual Mauricio Abad comentó: “¿Otra vez? En tiempos como este hacen falta mensajes que ayuden a los creyentes a encontrar en la Fe un camino de paz, ¿no les parece?”

El usuario Francisco Moré, quien dice estar consagrado en Ifá desde hace 28 años, respaldó a la institución: “Ya era hora que se hiciera público esa repudia contra esa nueva sexta religiosa que han estado y aún están tratando de introducir en Cuba (…) Ahora lo importante es que esta decisión de la asociación se mantenga firme”.

La activista afrocubana, defensora de la equidad y derechos de género, Sandra AbdAllah-Alvarez Ramírez, a quienes respaldaban el comunicado de la Asociación Yoruba los calificó como unos “misóginos todos”.


Esta práctica religiosa fue dominada por hombres durante siglos. La situación fue cambiando en Cuba a medida que casi una veintena de sacerdotisas se ganaron más participación en ceremonias importantes.

Hasta la ordenación de María Cuesta, la primera Iyaonifá o sacerdotisa de Ifá cubana, las mujeres en el país podían aspirar, como máximo, a ser “apeterbí de Ifá”, una especie de madrina que ayuda al babalawo.

Jaqueline Marins, afrobrasileña radicada en Argentina y estudiosa de la cultura africana y su diáspora, y principalmente “Iyanifa, ha escrito: “muchos sin conocer la cultura dicen: Ifá discrimina a las mujeres; pero puedo asegurar que estas personas hablan sin ningún conocimiento. Las mujeres no poseen un lugar en el culto, ellas son el lugar, ellas no son una parte, ellas simbolizan todo. ¡Nada se hace dentro del culto sin la energía femenina! Dentro de Ifá, Edùmaré (Dios) entregó a las mujeres el poder del mundo”.

Marins ha expresado su deseo de que “por fin entendamos y podamos valorar y respetar el poder inconmensurable e intransferible de una mujer como matriz”.

Pero las sacerdotisas siguen enfrentando prejuicios de género para ejercer el culto de origen africano. Las santeras cubanas tienen aún cerradas las puertas, por ejemplo, de importantes ceremonias como las predicciones del año o los ritos de iniciación.


Los incipientes cambios hacia la aceptación de María Cuesta y otras mujeres, llegaron cuando el babalawo Víctor Betancourt estudió a detalle viejas libretas de antiguos sacerdotes, según las cuales las mujeres también pueden ser sacerdotisas.

Sin embargo, en el 2007 la Asociación Cultural Yoruba, ligada al gobernante Partido Comunista, emitió un comunicado advirtiendo que las iniciaciones de mujeres ocurrían “bajo características rituales bien diferentes” a las tradiciones de Nigeria, y desacreditó la iniciación de mujeres dentro del culto de Ifá.

Ahora reafirmó su postura, que ha sido definida en algunos comentarios a su última declaración, como una doctrina que solo “divide, segmenta y discrimina”.

 

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