Puede parecer extraño, pero hay quien está dispuesto a montarse en un bote para cruzar el Estrecho de la Florida… pero con destino a Cuba, no al revés, que fue hasta hace poco lo acostumbrado.
Osvaldo Iglesias, un cubano acusado de tráfico de cocaína, fue puesto bajo custodia federal el 26 de agosto en ese estado sureño después de que intentara huir de Estados Unidos haciéndose a la mar, para evitar la cárcel.
El hombre de 34 años fue descubierto en marzo “con las manos en la masa”, cuando intentaba distribuir 10 kilos de cocaína, aseguró el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
Según la denuncia penal por narcotráfico, Ruiz se acercó a un puesto de control en Texas, el 14 de marzo viajando hacia el norte en un camión. En el puesto de control proporcionó a las autoridades respuestas inconsistentes sobre la dirección en la que viajaba y fue detectada una irregularidad en el diferencial trasero del vehículo.
Luego, fue remitido a una inspección secundaria donde las autoridades supuestamente descubrieron múltiples paquetes de cocaína que pesaban más de 10 kilogramos.
Las drogas tienen un valor estimado de 250 000 dólares. De ser declarado culpable, Ruiz enfrenta cadena perpetua en una prisión federal y una posible multa máxima de $10 millones.
A Cuba de vez en cuando llega gente que huye de la justicia. El último caso, y el más famoso de todos, se trata del multimillonario John McAfee. El excéntrico empresario —uno de los mayores expertos en seguridad informática del mundo—, está prófugo de la justicia estadounidense por evasión de impuestos y ha estado involucrado en varios escándalos por consumo de drogas y prostitución.
McAfee ha llevado una vida de excesos marcada por escándalos por el uso de drogas, prostitución, lavado de dinero, incluso fue buscado cuando residía en Belice en 2012 por cargos de homicidio.
