Maestros venezolanos se niegan a regresar a clases por falta de condiciones sanitarias

La falta de condiciones sanitarias convierte a las escuelas venezolanas en un "caldo de cultivo" para el virus
Advierten que no retornarán a las aulas hasta que no encuentren una vacuna
 

Reproduce este artículo

“El mejor caldo de cultivo para este virus, son las escuelas”, fueron las alarmantes declaraciones de Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros, que rechazó en nombre del gremio, una eventual vuelta a clases.

El dirigente gremial sentenció que el llamado hecho por Nicolás Maduro para volver a clases está fuera de contexto: “El Gobierno sabe más que nadie que no hay condiciones para un regreso a clases de manera presencial”.

“Hasta que no exista una vacuna oficial contra el COVID-19, no se puede regresar a clases. Esta situación ha creado incertidumbre. Tenemos muchos casos de maestros fallecidos. No tenemos las condiciones necesarias para volver a clases”, dijo.

Alzuru denunció que las instituciones educativas se encuentran en total estado de abandono. Señaló que muchas de las escuelas solo cuentan con un baño para todos los alumnos y maestros.

La escasez de agua en todo el territorio nacional sería otra 

Ante el fracaso de las clases a distancia en Venezuela, debido a la pésima conexión y la falta de dispositivos para conectarse en las comunidades más vulnerables, el régimen de Maduro propuso que el regreso a clases sea “parcial, presencial y seguro” en el mes de octubre.

Maduro refirió que la propuesta se podría implementar a partir del mes de octubre. Pidió a los rectores y al sector educativo evaluar la propuesta y presentar sugerencias.

La falta de electricidad en Venezuela, la incapacidad de los padres para comprar artículos tecnológicos y las fallas de Internet hacen imposible que los estudiantes puedan recibir clases a distancia, misma problemática que atraviesa los educadores en todo el país.

La crisis humanitaria ha aumentado como nunca antes las inasistencias a las escuelas.  Según la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna) se contabilizaron unas 10.000 deserciones escolares desde 2015, situación que se ha agravado con la pademia.

Las cifras suministradas por la coordinadora nacional de Ciudadanía de Fe y Alegría, Yameli Martínez, para la última semana de abril el 30% de los estudiantes, ubicados sobre todo en zonas indígenas, rurales y fronterizas del interior del país, pero también en algunas incomunicadas barriadas populares de la capital, seguían al margen de la modalidad de educación a distancia por dichos  factores.