Al cierre del 31 de enero de 2022 en Cuba habían fallecido ocho personas y se habían registrado 1610 nuevos contagios de COVID-19, según datos oficiales del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
El reporte indica que se realizaron un total de 14 378 pruebas PCR, con un 11,2 % de positividad.
Del total de casos, 1 554 fueron contactos de casos confirmados, 47 con fuente de infección en el extranjero y nueve sin fuente de infección precisada. De los mil 610 casos diagnosticados, 909 fueron del sexo femenino y 701 del sexo masculino.
El 10,2% (165) de los casos positivos fueron asintomáticos.
Las provincias más comprometidas a nivel epidemiológico son Holguín, Sancti Spíritus, Matanzas y Mayabeque.
Por su parte, los fallecidos corresponden a las provincias Mayabeque, Villa Clara, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo y la Isla de la Juventud.
Por grupos de edad, uno de los fallecidos estaba entre los 100 y 109 años; tres entre los 80 y 89; uno entre los 70 y 79; uno entre los 60 y 69; y dos entre los 50 y 59.
Desde finales de 2021, la Isla vive un rebrote de coronavirus acelerado por la variante ómicron, altamente contagiosa.
El Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK) confirmó el 8 de diciembre de 2021 el primer caso en Cuba de la variante ómicron de la COVID-19.
Un “colaborador de la salud” procedente de Mozambique, África, fue diagnosticado con la enfermedad. El cubano, natural de Pinar del Río, arribó a la isla el pasado 27 de noviembre y se encontraba asintomático, informó Cubadebate.
Ómicron es la variante del coronavirus que más mutaciones tiene (50) respecto al virus original, y por eso tiene al mundo en alerta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a ómicron una “variante de preocupación”, porque sus mutaciones le dan el potencial de ser más contagiosas, provocar una enfermedad más grave o reducir el efecto de las vacunas, informó BBC.