El reconocido director de cine cubano Enrique Pineda Barnet, creador de la famosa película La bella del Alhambra, falleció en La Habana este martes 12 de enero, según trasciende en redes sociales y medios oficialistas.
“¡Buen viaje maestro! Enrique Pineda Barnet se te quiere. Luz”, expresó en Facebook el joven cineasta independiente Carlos Lechuga.
“Hoy lamentamos una gran pérdida para el cine y la cultura cubana: ha muerto Enrique Pineda Barnet”, confirmó la revista estatal especializada en cultura El Caimán Barbudo.
Según la página oficial del Festival de Cine de La Habana, el fallecimiento ocurrió en la mañana del martes.
Hasta ahora, no se conoce la causa del deceso. El artista de 87 años sufría de frecuentes accidentes cerebro-vasculares, y en los últimos meses estaba al cuidado del actor Héctor Noas, quien se vio obligado a pedir ayuda en para encontrar medicamentos que suministrar a Pineda Barnet.
Enrique Pineda Barnet es autor de más de 20 películas, entre cortos y largometrajes, tanto de ficción como documentales. Ha sido laureado en numerosas ocasiones por la calidad de sus obras.
Su popular filme La bella del Alhambra ganó varios festivales internacionales, y recibió el Premio Goya de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (1989). A su autoría pertenece el primer corto experimental cubano, Cosmorama (1964), que es parte de la colección permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid).
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El artista ha sido condecorado con la Medalla de la Cultura Nacional, en el 2006 recibió el Premio Nacional de Cine y en el 2016, mereció el Coral de Honor durante el 38vo Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La página web de esta institución recordó, a propósito de la triste noticia de su muerte, que cuando Pineda Barnet recibió la Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres” (Orden de las Artes y las Letras, Francia) expresó:
“En la infancia, soñaba tener, para mí solamente, Un planeta, un asteroide, Donde cultivar para siempre una rosa. Pero la vida no me permitió ser ese pequeño príncipe. De adulto, no alcancé a librar batallas de capas y espadas. Ahora de adulto, muy adulto, casi tarde, El Gobierno francés me otorga esta emblemática condición que agradezco y prometo cumplir, Caballero de arte, de estética y de ética para lanzar la flecha al horizonte.”