Fernando Pérez pertenece al linaje de los más destacados directores de cine cubano y atesora una filmografía que desde la honestidad y la agudeza ha retratado la sociedad de la isla y las aspiraciones y conflictos humanos que la definen. Durante más de cinco décadas de carrera ha obtenido importantes reconocimientos internacionales y la admiración de miles de cubanos.
A pesar de sus logros y su reconocimiento internacional, no ha perdido el don de la humildad y su necesidad de comunicarse con la Cuba profunda.
Fernando Pérez nació en La Habana el 19 de noviembre de 1944. Desde muy joven se vinculó al séptimo arte y sus primeros trabajos fueron como documentalista y en el Noticiero Icaic Latinoamericano. Su debut en la ficción marcó un hito en el cine cubano. Clandestinos, que tuvo en los roles protagónicos a Luis Alberto García e Isabel Santos, es una de los cintas memorables de la cinematografía nacional y una de las más recordadas por el público en la isla.
A su primera película le siguieron otros filmes que lo identificarían rápidamente como uno de los directos más audaces y coherentes del país. Madagascar, La vida es silbar, Suite Habana Madrigal son otras de las entregas cinematográficas de amplia valía en su trayectoria, con las que ha abordado diferentes aspectos y problemáticas de la sociedad cubana con una mirada de gran profundidad humanista.
En el transcurso de esta década dirigió cintas como La pared de las palabras, Últimos días en La Habana y José Martí: el ojo del canario. En esta última propuso un acercamiento novedoso y desacralizador a la figura y el pensamiento de José Martí que ayudó a establecer una profunda reflexión sobre la sociedad cubana de hoy. La película alcanzó el Premio Coral de Dirección en el 32do Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, entre otros lauros.
Fiel a su tradición iconoclasta de repasar la historia cubana y poner todas las piezas en su lugar, estrenó en 2018 la coproducción Insumisas, una cinta que rescata la historia de la primera mujer que ejerció la medicina en Cuba y los duros escollos que sufrió para cumplir su propósito de convertirse en médico durante el siglo XIX, cuando se prohibía que las mujeres ejercieran como doctoras.
El filme es una reivindicación del legado Enriqueta Faber—quien llegó a vestirse de hombre para practicar la medicina y cuya historia permanecía prácticamente en el olvido— y sirve como un llamado a repasar todos los aportes de las mujeres en la sociedad insular.
Fernando Pérez es además un maestro de las nuevas generaciones de cineastas y siempre ha apoyado la transgresión de los más jóvenes. Siendo él mismo un cineasta transgresor, dirigió durante varios años la Muestra de Cine Joven hasta que dejó dicho puesto por discrepancias con el Instituto de Arte e Industria Cinematográficos.
La obra que ha realizado este cineasta cubano tanto en la dirección como en la enseñanza, es parte inseparable del cine nacional y su impronta es ya una de las más robustas y entrañables de la cinematografía cubana.
