Usuarios habituales de la Red Wi-Fi en Caibarién, al amparo de la Vigente Legalidad Socialista que regula -y cobra- por el servicio conectivo “victoriosamente reducido” desde diciembre pasado, han remitido quejas continuas a un departamento conocido como “Trasmisión de Datos”, el que es parte medular de la única corporación comunicacional capitalista operativa en el país, logrando así demostrar, con datos concretos, el timo que padecen desde hace un trimestre todos sus abonados, desde que los alaridos por el abusivo precio establecido durante años fueron asfixiados con el anuncio de “que ahora son 30 centavos menos por hora”.
Los documentos que traban estas demandas, en mayoría confeccionados por ingenieros eléctricos, cibernéticos y profesionales universitarios de distintas raleas, revelan las observaciones realizadas durante los pasados enero y febrero por ellos.
Un internauta altamente calificado, cuyo nombre me reservo y que además envió su preocupación al gobierno y al Partido Comunista de Cuba, conjuntamente con la entidad malversadora, argumentó lo que sigue:
“¿Por qué motivo bajaron la potencia de las zonas WiFi (al menos las de Caibarién)?, cuando ya existe una ley que nos permite conectarnos desde la casa con una antena, regulando los detalles al respecto, y una vez que obtuvimos la licencia, pues la potencia con que transmitían nos permitía una buena conexión, de la que hacíamos uso hace más de dos años (puede comprobarse que era correcto). Desde antes de fin de año, a raíz de los cambios de frecuencia de las antenas de Etecsa, nos quedamos sin conexión; esta conexión apareció varios días después, pero con la potencia por debajo de la mitad anterior. A pesar de haber hecho muchos reportes a los compañeros de transmisión de datos de villa clara, solo pudimos saber que la potencia había sido ajustada a 20 dBm, lo que corresponde a 100mW, a raíz de lo cual ahora tenemos un nivel de señal de -93 dBm, en lugar de -80dBm, el SNR está alrededor de los 6 dB, en lugar de 30 dB correspondientes, el CCQ oscila en los 6, inestable, y antes era entre 90 y 100, además en las mejores horas (madrugada y mañanas) la velocidad de descarga se mantenía alrededor de 250 kbps sostenidos, y en esos mismos horarios las descargas no superan 2 a 4 kbps, y constantemente se detienen sin explicación creíble por parte de la intendencia local. Con todos esos datos comprenderán que es imposible usar la conexión luego de conseguir (pagando, claro) una licencia y bajo el marco de la ley, además, la Resolución 98/2019 del Ministerio de Comunicaciones establece 250 mW de potencia de transmisión para los proveedores de servicio de Internet a la población, que serían unos 27 o 30 dBm, y no los 20 dBm conque desde fin de año y una vez restituida la señal, están transmitiendo por lo visto, para nunca más devolver lo robado.”
Otro ente agraviado por la súbita inutilidad de su aparato Nano-2, importado y costosísimo (replicante de señal) y que apenas pudo poner en usufructo, se quejó públicamente de esta manera:
“Me gustaría que me dijeran por qué razón se bajó la potencia de la zona wi-fi del parque de Caibarién y del Vantroi 2, únicos puntos de la ciudad en activo. Desconozco si esto ha sucedido en otros sitios, pero desde el diciembre pasado, justo durante una promoción extraordinaria para la conexión wi-fi (que muchas personas en mi misma situación no pudimos aprovecharla por este problema) la red desapareció por varios días, y luego se restableció, pero con muy poca potencia y casi siempre de forma intermitente. (No sé si como consecuencia de la baja del precio o porque han seguido suspendiendo del todo la pésima señal que recibimos). Yo me conectaba desde mi casa, a pocos metros del trasmisor, con una licencia de red y con todos los parámetros que establece la Resolución última, y desde esa fecha ya no me es posible hacerlo. Durante este tiempo he llamado a los técnicos de transmisión de datos de Villa Clara y lo he reportado en varias ocasiones, y hasta la fecha no obtengo ninguna respuesta ni el servicio mejora. Es por este motivo que escribo a este sitio, porque como les decía al inicio, me gustaría que me dijeran por qué causa se ha reducido junto con el cobro de 0,70 CUC la hora, y hasta cuando se mantendrán los problemas para la conexión, porque como les decía también, tengo una licencia y un servicio de conexión a internet (nauta), que a pesar de seguirlo pagando, no lo puedo utilizar de ninguna manera.”
Los mensajes que preceden, junto a media decena de similares, han sido enviados a la jefatura, amén del emporio central, en Ciudad de la Habana y también a la oficina provincial que atiende estas inquietudes bajo continuadas evasivas y desplantes inelegantes.
Un técnico del departamento de transmisión de datos de apellido Valery, bajo la supervisión del Jefe de Departamento Rafael Viego, quien atendió telefónicamente a estas personas, explicó que “la potencia jamás fue reducida (por ellos), porque siempre estuvo a 20dBm”, cuando debía oscilar entre 27 y 30, porque la Ley establece 250 miliwatts y no 100, como se aprecia en los oscilómetros empleados para medir la reducción ocurrida, la cual ha sido catalogada por el vulgo como “otra conquista pueblerina de los sin tierra”.
Una nación masivamente ignorante de los detalles técnicos que la empoderaría para iniciar una demanda judicial en cualquier parte del orbe contra una corporación estatal de esa naturaleza, carece de los instrumentos necesarios --más la información-- para medir cuantificaciones y gravámenes, mientras solo aprecia la pérdida paulatina de su dinero “malhadado” y, -–sobre todo--, del tiempo invertido en intentar usufructuarlo.
