Un par de hipopótamos que llevó en los 80 a Colombia el entonces poderoso narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, como parte de las especies que pasaron a conformar su enorme zoológico privado, ahora se han ido reproduciendo con los años y hoy en día representan un problema ambiental.
Estos animales africanos, que se les ve nadar plácidamente en el río Magdalena, el más importante de Colombia, atraen visitantes y generan ingresos en la zona, por su atractivo turístico, pero su rápida multiplicación ha hecho de ellos un peligro a nivel ecológico y también para la población local, explicó este lunes un reportaje de la agencia euronews.
"Es una especie que ha tenido un crecimiento muy acelerado. Aproximadamente se calcula que hay de sesenta a setenta individuos. Estos animales están libres y están causando, primero, una serie de problemas a nivel ecológico. Están afectando los ecosistemas de esta zona del Magdalena medio. Están desplazando a especies nativas", explicó a euronews la veterinaria Gina Serna.
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Escobar estaba en los 80 en el apogeo de su poder en el lucrativo e ilegal negocio de los estupefacientes, y convirtió la Hacienda Nápoles, una finca de más de 2000 hectáreas, en un zoológico privado repleto de animales exóticos.
Cuando el narcotraficante fue abatido por la policía, en 1993, la mayoría de los animales murieron o fueron llevados a otros lugares, pero los hipopótamos eran demasiado grandes, así que fueron abandonados, dijo el reporte.
Hoy en día, no es raro ver a los gigantescos herbívoros de más de tres toneladas paseándose por la cancha de fútbol de Doradal, un pequeño pueblo a cuatro horas de Medellín.
También se van a pastar junto a las casas y por los alrededores del colegio. La población tiene miedo de un posible ataque.
"La escuela no tiene protección. En reiteradas ocasiones hemos tenido visitas de ellos y hemos tenido que encerrarnos con los niños para evitar un accidente", explicó a la agencia europea el maestro Wilber Quiñones.
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En la tienda de Pablo, llamada así en honor del narcotraficante, los hipopótamos se consideran en cambio un maná turístico, que les permite vender llaveros y otros muchos recuerdos.
"Es impresionante verlos en nuestro pueblo -afirma el vendedor de la tienda, Yordan Villegas-. Yo quisiera que se mantuviera porque eso trae más turismo. La gente quiere venir a ver esos animales"
Se ha puesto en marcha un plan para esterilizar a las hembras, pero es proceso largo y complicado, y los especialistas alertan de que no será suficiente. Si no se hace algo, los hipopótamos de Escobar cuadriplicarán su número en los próximos diez años.
Otros informes periodísticos señalan que para el año 2050 podría haber entre 400 y 800 hipopótamos en Colombia si se toma un índice anual de crecimiento de su población del 7 %, pero si se considera un 11 % de aumento, algo que no es irreal, podrían llegar a 5,000.
Actualmente hay entre 40 y 70 localizados en la zona media de la cuenca del Magdalena.