Dayana Legrá, una actriz de las duras

Entrevista a la popular actriz cubana Dayana Legrá, quien a fuerza de paciencia, entrega y estudios se las ha agenciado para irse labrando una carrera en las pantallas cubanos, intentando romper esquemas y estereotipos
Dayana Legrá
 

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Nos gusta mirar a los actores más que a la historia y los decorados de una obra de teatro, una obra de televisión (serie, dramatizados, telenovelas) o películas. Inclusive, a los más severos cinéfilos y cineastas, primero que nada, nos gusta observar a los actores. Si son altos o falsean su estatura, si tienen una verruga fuera de lugar, si son jabaos o blancos, si parecen talentosos o impuestos, etc.

Luego de esa primera observación del actor que se nos presenta al frente de nuestras retinas es entonces que entramos en el juego de los hilos dramáticos.

Konstantin Stanislavski, en su obra cimera sobre el análisis del trabajo del actor, le advierte a una joven actriz sobre el diletantismo y usar la carrera como falsa social y superficialidad. 

Dayana Legrá Pérez (Santiago de Cuba, 1989) parece ser una actriz fuerte e implacable, por los papeles que le hemos visto en pantalla televisiva y en el filme “Molina Ferroz” (ficción, 71 min, 2009, Dir: Jorge Molina), único largometraje que Dayana ha protagonizado hasta la fecha. 

-Comencé mi formación como actriz desde bien pequeña, bueno realmente desde que estaba en la barriga de mi mamá creo ya estaba dando señales- cuenta sonriendo a ADN Cuba. - En serio mis padres lo planearon todo como me querían exactamente y el día, todo. Sin tener ninguna preparación siempre despunté como un pichón de actriz por todo lo que hacía. El primer poema que memoricé fue con cuatro años y bailé y todo, fue montado por mí, fui la bailarina española. Ya a los cinco años lo declamé y bailé en la Plaza de la Roja de San Luis, municipio donde luego nos trasladamos a vivir. Primero eso, y luego a petición de mi mamá me aprendí el segundo poema que declamé también ante muchas personas: Nemesia. Nunca olvidaré cada palabra, que comenzaron a alimentar mi espíritu.

Con orgullo pueblerino, Dayana continúa contando sus inicios. 

-Un tiempo después recibí algo de preparación en la Casa de la Cultura de mi municipio, más bien observaba y hacía lo que sentía; me gustaba estar en todo lo que tuviera relación con el arte. Estando vinculada a esa casa de cultura interpreté mi primer personaje, tendría unos siete años. Fue "Ochún", con el cual gané premio a nivel municipal; ese mérito era muy importante en ese entonces. Seguí con mis sueños e ilusiones, declamando, bailando, escribiendo para niños e incursionado en la locución, montando coreografías, pues el baile me fascina, sobre todo el flamenco, tanto como la actuación, hasta aprendí algo de piano hasta terminar en un grupo llamado “Pelusín del Monte”.

En la TV cubana, muchas veces aparecen chicas nuevas voluptuosas, que no saben por dónde andan (escénicamente hablando), parecen escogidas en la calle sólo por su supuesta belleza física. Dayana, por su voluptuosidad y exuberancia en pantalla, parece ser una chica BOND, solo explosividad, pero NO, es una actriz de academia.

-La primera escuela de actuación a la que asistí fue la “Academia José Joaquín Tejada”, en Santiago de Cuba. Luego realicé las pruebas del ISA y entré en artes dramáticas –cuenta Legrá con orgullo. - Como comentaba al principio, decidí ser actriz desde que mi mamá me tenía en su barriguita. La verdad si volviera a nacer pensaría igual. Tuve que viajar mucho a esa edad, muy joven, para las pruebas y demás gestiones, y mi mamá siempre estuvo ahí apoyándome en todo, bueno, todavía ahí está –dice Dayana.

La joven actriz hace un repaso de su vida en Santiago y como muchos artistas que ya pasaron por ahí y se marcharon, vuelve a recaer el tema del provincianismo, la falta de gestión y compromiso de los dirigentes culturales en apoyar a sus artistas; ella, como otros, también enumera las faltas de posibilidades para crecerse como artista. La Habana le ha dado cobija. Pero realmente la vida del artista es esa: evolución, emigración, movimiento, cambio de hogares y residencias; el que se estanca muere artísticamente.

-Desde que uno entra a una academia, teatro es lo que más se hace; obras de diversos autores internacionales. Sí, es cierto que en la TV y el cine me han encasillado por mi imagen voluptuosa. Pero en teatro, tal vez porque estaba estudiando, he hecho todo tipo de personajes. Pero sí me gustan los personajes fuertes. De hecho, el primer personaje positivo lo interpreté en la recién acabada telenovela “Más allá del límite”. Pero a todos les doy el mismo respeto –cuenta la experimentada actriz, a pesar de su juventud. 

Muchas personas del público en general desconocen la vida profesional de muchos artistas. Se hacen una idea por la obra que fue popular en TV o cine, y lo mismo sucede en el campo de la música. Muchas veces, un actor obtiene más fama por un papel recordado o popular, que otro actor que ha hecho muchas más obras escénicas, ya sea en TV, Cine o Teatro; los casos son incontables. Dayana Legrá es una de estas actrices con un currículum impresionante, aunque la audiencia no lo sepa: varias telenovelas, teleplays, personajes secundarios en “Casting” de Eduardo Del Llano, “Bocaccerias Habaneras” de Arturo Soto, “La película de Ana” de Daniel Diaz Torres, “Los Buenos Demonios” de Gerardo Chijona, otros papeles en cortometrajes. Apariciones especiales en “Vivir del cuento” y varios personajes en el policiaco “Tras la Huella”.

-Claro que me gustaría incursionar en disímiles personajes, descubrir hasta dónde puede llegar mi imaginación y mi capacidad y versatilidad. Me encantaría protagonizar una novela con dos personajes al unísono, siempre lo he deseado. Y hacer una película donde pueda actuar y bailar flamenco, DIOS, ¡Ese es mi gran sueño! -cuenta muy emocionada.

A Dayana también le encantaría poder actuar en otros países, ¿a cuál actor no? Pero parece todavía ella tiene mucho apego a Cuba y su madre… Trabajar en otros países, para los actores cubanos, músicos, deportistas, casi siempre significa “Emigrar, marcharse, pirarse, exiliarse, abandonar el país para siempre”. Generalmente, los soñados contratos no existen, eso de que viene el Gran Productor o el Gran Hombre de Negocio y te ofrece un contrato en México, Japón, USA, Canadá, etc., y luego te pasas seis meses en tal país, y luego regresas al tuyo, NO, son Sueños de hadas.

El camino para muchos de los artistas y deportistas, si esto es lo que desean, trabajar afuera, es la emigración definitiva. Es un paso difícil, pero imprescindible.

- ¿De qué vive un actor cuando no tiene trabajo? –le pregunto interesado.

-Mi carrera es bien difícil, si no perteneces a un grupo de teatro y no tienes trabajo siempre, y no buscas opciones dentro y fuera del medio, ¡te mueres de hambre! A veces aun trabajando en el no te da para vivir. En mi caso, que no pertenezco a ningún grupo de teatro fijo y sólo tenía hasta hace poco un personaje fijo en “Sopa de palabras” (programa Infantil de la TV Cubana), he tenido que agenciármelas para poder salir adelante. Ventas, participaciones como promotora en ferias que se realizan anuales en La Habana, y el proyecto ¨Habana Blue¨ -cuenta la actriz. ¨Habana Blue¨ es un restaurante (paladar) donde los meseros y capitanes de salón son actores conocidos de la TV. Esto excita a los comensales, quienes disfrutan ser servidos por las estrellas de la TV cubana; una propuesta verdaderamente muy original. –Sí, también conozco a muchos actores con más experiencia que yo, con años de reconocimiento por el pueblo, que definitivamente no viven del arte, y me refiero a la mayoría. Pues es normal en esta carrera, te pasas años así, sin hacer nada, es triste. Muchos actores han dejado la carrera por esa situación –confiesa Legrá.

- ¿Cómo es la competencia? 

- ¿Los castings?, jmjm. Algo por lo que hemos pasado todos los actores. Sí son duros, es un juego psicológico, así lo veo yo, donde somos manipulados al máximo, muchas veces inciertos en sus resultados, todo un cuento bien montado. Porque la mayoría de los casos ya tienen a los actores escogidos, por eso siempre es estresante, aunque disfrutes lo que haces, porque así debe ser, porque todo el actor que lo haga le interesa aprobarlo, sino no se presenta. Y no sólo la tensión del acto en sí, sino la presión de muchas energías mezcladas, es estresante la espera del resultado, “te llamamos”, es así siempre. Un casting define un momento de creación, pero no es la verdad absoluta, además la traición de nuestros nervios es fatal y te ayuda o te acaba. Yo he estado en muchos castings que tristemente no me han escogido, muchos donde me he sentido espectacular, porque uno, aunque siempre puede dar más, puede llegar a definir cuán bien estuvo o cuán sincero fue con la situación, cuán emocional y creativo. He estado en otros que ni yo misma me escogería. Otros en los que ni siquiera me han mirado porque ya como dije antes, tienen a sus amigos seleccionados –cuenta como un torrente.

Hace un poco más de par de años, salió un movimiento viral universal, más occidental digamos, llamado #MeToo. En esencia, denunciaba el acoso sexual, el que puede hacer un hombre con poder sobre ciertos compañeros y compañeras de trabajo, u otras esferas y relaciones. Un movimiento más vinculado al mundo del Cine y la TV americana, aunque también llegó a otros campos, como el deporte.

- ¿Has sido manipulada por profesionales para conseguir favores sexuales a cambio de papeles y mejores trabajos? –le pregunto.

- Manipulación sexual sí es muy usual. He oído muchos casos. Personalmente no he pasado por eso, sólo de imaginarme que puede haber algo así ni termino el casting. Nada de eso. Siempre he dicho que mis nueve años de estudio, de sacrifico y entrega, sin contar la carrera en general desde que me gradué de la universidad, no lo menosprecio ni lo regalo a nadie, porque para llegar a donde estoy he pasado infinidades de obstáculos y mi esfuerzo lo valoro, porque sólo yo sé todo lo que he pasado –cuenta Dayana muy ofendida.

Aunque Dayana Legrá pueda tener un abanico amplio como técnica actoral, generalmente los nuevos directores, los jóvenes osados, y los ya más experimentados realizadores, la ven en personajes voluptuosos cargados de explosión sexual. Aunque a Dayana le molesta un poco que la vuelvan a etiquetar con ¨Molina Ferroz¨, una película que se ha vuelto de culto en las redes sociales e internet, y a los cubanos del exilio les gusta apreciar de vez en vez, realmente en esta cinta es donde único se le ha dado un respeto como actriz de CINE, un papel protagónico. 

Dayana debe entender que muchos actores, inclusive las estrellas de Hollywood, son etiquetados. No sólo actores, a los propios directores y músicos, y hasta escritores (Dashiell Hammeth, Chandler, Agahta Cristie, Asimov, Philip K, Dick, etc.). Sus FANS les vuelven a pedir más de la misma receta con que triunfaron o se volvieron famosos. Al menos en cine, los realizadores continúan ofreciéndole propuestas de este tipo.

Dayana, como una hija pródiga, vuelve de vez en vez a su viejo maestro de cine, Molina (y paisano, porque Jorge Molina también es nacido en un campo de Santiago de Cuba), y cuando tiene alguna duda sobre un papel en alguna telenovela, porque el director de turno no supo explicarle bien, el viejo Molina le da unos sabios consejos por donde tomar. Con ella, Molina se siente como el viejo Alfred Hitchcock, traicionado por su Vedette; Molinator la quiere de regreso en su Universo Artístico. Pero la vida evoluciona a otra cosa, y los sueños de antaño ya no son los mismos para muchas personas, aunque algunos se mantengan siendo los mismos soñadores como Hick y Molinator.

 

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