El temor a un posible impacto negativo del coronavirus chino en la economía del gigante asiático y, como consecuencia, en la del resto de mundo, ha teñido de rojo las bolsas internacionales y ha lastrado el precio del petróleo.
Los inversores han buscado refugio en la deuda de países solventes, lo que ha recortado aún más sus rentabilidades, y en el oro, que ha alcanzado su precio más alto desde 2013.
El Gobierno chino ha prolongado hasta el 3 de febrero las vacaciones del Año Nuevo, que en principio terminaban el próximo jueves, 30 de enero, para prevenir el contagio del coronavirus, que ha infectado ya a más de 2.700 personas.
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En Europa, Fráncfort ha bajado un 2,74 %; Londres, un 2,29 %; París, un 2,68 %; Milán, un 2,31 %; y Madrid, un 2,05 %.
En Wall Street, el Dow Jones abrió con una caída del 1,50 % y ahora pierde el 1,17 %; mientras que el S&P 500 empezó la jornada con un descenso del 1,57 % que se ha moderado hasta el entorno del 1,2 %.
La Bolsa de Sao Paulo (Brasil), la más relevante de Latinoamérica, pierde en torno al 2,70 %
En Asia, con los mercados chinos cerrados por el Año Nuevo, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio ha bajado un 2,03 %, hasta su nivel más bajo en tres semanas.
Las compañías aéreas han sido algunas de las más castigadas durante la jornada bursátil: IAG ha bajado un 5,23 %; Lufthansa, un 4,3 % y Air France-KLM, un 5,64 %.
Las petroleras también han experimentado retrocesos, lastradas por el descenso del crudo: la francesa Total ha caído un 2,69 %; BP, un 1,88 %; y Shell, un 1,81 %.
La presencia de empresas automovilísticas y siderúrgicas en Wuhan, el epicentro del brote del coronavirus, ha pasado factura a esos dos sectores: Volkswagen ha bajado un 3,31 %; Renault, un 3,23 %; Daimler, un 3,11 %; y ArcelorMittal, un 3,69 %.
En cuanto al petróleo, el Brent, de referencia en Europa, y el Texas, referente en América, pierden casi el 3 %. El Brent se negocia por debajo de 60 dólares el barril y el Texas, por debajo de los 53 dólares.
En sentido contrario, los inversores han puesto la vista en activos refugio como el oro, que ha subido un 0,60 %, a 1.581 dólares por onza, y cotiza en máximos desde abril de 2013.
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La deuda de países solventes ha sido otro de los activos elegidos, lo que ha reducido la rentabilidad de los bonos alemanes y franceses.
Para Azad Zangana, economista y estratega senior de la gestora de activos Schroders, la interrupción de la demanda por el brote de coronavirus es significativa para China, pero también para la economía mundial por su impacto en las cadenas de suministro.
A su juicio, el momento en el que se ha producido el brote es especialmente negativo, ya que coincide con las celebraciones del Año Nuevo, el mayor acontecimiento migratorio de China, lo que dificulta la contención del virus.
No obstante, en su opinión, desde el punto de vista productivo, que haya ocurrido durante las celebraciones del Año Nuevo ha limitado su efecto negativo, porque el cierre de las fábricas se habría producido de todas formas.
Según Philippe Waechter, director de Economic Research de Ostrum Asset Management (antes Natixis Asset Management), el aislamiento de la ciudad de Wuhan tendrá un fuerte impacto en la economía china, ya que es la sede de los principales productores de automóviles y acero.
A corto plazo, añade, el mayor impacto se percibirá en las ventas minoristas, porque las celebraciones del Año Nuevo se han reducido o cancelado, por lo que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) chino en el primer trimestre será inferior al esperado.
Desde AXA Investment Managers, Gilles Moëc apunta que aún es "demasiado pronto" para cuantificar el impacto económico de este brote.
Sin embargo, recuerda que la crisis del coronavirus SARS en 2003, que comenzó también en el gigante asiático, rebajó el PIB de China en 1,1 puntos porcentuales.