El movimiento pro-democrático que lucha por impulsar los cambios en Cuba ha tenido entre su motor impulsor a las mujeres, dignificadas por las Damas de Blanco. ADN Cuba conversa con una de ellas, Leticia Ramos Herrería, que da sus opiniones sobre la situación nacional e internacional en torno a los Derechos Humanos en Cuba.
Háblanos de tu incorporación a la oposición contra la dictadura comunista y tu desempeño en los grupos pro-democráticos
Fue en abril de 2006, en el partido por la democracia Pedro Luis Boitel. Mi primera actividad fue ese mes, apoyando al movimiento Opción Alternativa, en el poblado Pedro Betancourt, de Matanzas. Su presidente, Ariel Sigler Amaya, estaba preso en aquel entonces en el grupo de los 75, que llevaron injustamente a prisión en marzo de 2003, y su hermano Juan Francisco Sigler Amaya quedó al frente del movimiento.
Fue mi primera actividad y mi primera detención dentro de las filas de la oposición. Me golpearon y fui abandonada junto a otros hermanos de lucha en una carretera oscura a kilómetros de alguna zona poblada. Ahí pude sentir por primera vez la barbarie de estos verdugos al servicio del régimen dictatorial.
En marzo de ese mismo año comencé en las Damas de Blanco como grupo de apoyo, gracias a Noelia Pedraza Jiménez, esposa de Ariel Sigler Amaya. Fuimos reprimidas muchas veces con detenciones, registros en nuestras viviendas y actos de repudio.
Mientras más represión y golpizas recibía, más firme y decidida estaba a continuar mi lucha. Me incorporé al Consejo de Relatores de Derechos Humanos en Cuba como coordinadora en Matanzas. Me capacité; fui bibliotecaria y periodista independiente y continué con mi activismo.
En el 2011, tras la desaparición física de Laura Inés Pollán, la nueva líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, integra a las damas de apoyo como Damas de Blanco. En febrero de 2012 fui nombrada representante de las Damas de Blanco en Matanzas, donde me mantengo hasta hoy.
¿Qué opinas sobre la situación actual de los Derechos Humanos en Cuba y el nivel de represión existente contra los activistas pacíficos?
La situación actual sobre el tema de Derechos Humanos es catastrófica. No sólo en la actualidad: durante 60 años se han violado los derechos humanos de los ciudadanos, sean o no activistas del movimiento opositor. En Cuba no hay garantía para el que se oponga al gobierno comunista; somos detenidos y multados; se decomisan nuestros bienes personales y de trabajo; nos intervienen los teléfonos; nos encarcelan; no nos dejan viajar. Tenemos 150 presos políticos, entre ellos dos Damas de Blanco: Aimara Nieto y Marta Sánchez.
La sociedad civil ha crecido y ha ganado en jóvenes, artistas, escritores y profesionales, que años atrás no teníamos. Esto es un gran avance. Gran parte de las personas que viven dentro de la isla ya se están revelando ante las atrocidades que cometen estos tiranos.
¿Cómo ves a la sociedad civil, su organización, la coordinación de actividades y su liderazgo?
Estamos luchando por una democracia y el respeto a la opinión ajena es parte primordial de esta lucha. Veo bien que todos los cubanos, estén donde estén, formen parte de la lucha por la liberación de nuestra patria, pues como cubanos, todos tenemos los mismos derechos, lo que no veo bien es la forma en que algunos la están haciendo.
Sobre la coordinación creo que aún tenemos mucho en qué trabajar. Pues mientras no respetemos el trabajo de cada organización, grupo independiente o líder, no ganaremos más espacios dentro del pueblo. Hay grandes diferencias y desavenencias que nos sacan del camino correcto, el camino de la lucha por ver a nuestra patria libre. Mientras no dejemos las ideas egoístas y de superioridad de liderazgo, no llegaremos a enfrascarnos en lo que verdaderamente nos debemos, la libertad de Cuba.
¿Qué opinas de las nuevas iniciativas de lucha, como Clandestinos y el parón de enero?
Es perfecto que haya surgido un grupo más en contra del régimen, porque todo lo que sea en aras de acabar con esta dictadura es bienvenido, pero cuidado con algunos accionar que están surgiendo y empañan la lucha. Tirar pintura a un busto de Martí no es dar un golpe a la tiranía, es una afrenta para los cubanos y también para nuestro movimiento.
Sobre el Parón, cuando llegue febrero sabremos en realidad para qué sirvió y qué tanto daño le hizo al régimen. Soy de las personas que están de acuerdo en que se le quite todo tipo de oxígeno al régimen, venga de donde venga, pero treinta días no van a hacer mucho estrago al gobierno y sí a las personas que depende de la ayuda de sus familiares.
¿Cuáles son a tu criterio las mayores limitaciones del movimiento opositor y cómo ves el futuro de Cuba?
Las mayores limitaciones para que nuestros proyectos y plataformas tengan éxito es la falta de recursos. Esos recursos existen, pero no llegan a las manos correctas. El futuro de Cuba está en manos del pueblo. El empuje del pueblo es lo único que nos llevará a la absoluta y única libertad. Pero ese pueblo aún no acaba de despertar.