Cuba no deja boxear a las mujeres porque “no es apropiado"

Algunas boxeadoras entrenan en un gimnasio de La Habana Vieja y sueñan
con noquear al sexismo antes de la próxima olimpiada.
 

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En 2016 se decía que las cubanas estaban a punto de practicar boxeo. Los periodistas Mayli Estévez y Carlos Alejandro Rodríguez, del periódico Vanguardia, revelaron que cinco extaekwondocas eran entrenadas como boxeadoras en la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (Cear) probablemente para participar en la Serie Mundial de 2017.

Resultó que al final no asistieron a la serie y además las echaron del Cear. “Un día dijeron, sin más: ‘Bueno, caballero, las mujeres no pueden estar más aquí porque el boxeo [femenino] no está permitido’”, contó Idamelys Moreno, una de las expulsadas, a The Associated Press.

Moreno, junto a algunas de sus compañeras, se refugió en el gimnasio de boxeo Rafael Trejo, de La Habana Vieja, donde sigue entrenando con la esperanza de que se agoten los criterios sexistas que las excluyen del ring.

Boxeadoras cubanas piden que las dejen competir


La posibilidad de ponerse los guantes parecía más cerca que nunca, sobre todo cuando Alberto Puig, presidente de la Federación nacional, dijo a la prensa oficial en 2016 que “el país carecía de un sistema organizado para el desarrollo del boxeo femenino”, pero de todos modos estudiaba la posibilidad de incursionar en próximos eventos internacionales”.

Según el reportaje publicado en Vanguardia, entrenadores radicados en Santa Clara, al centro de Cuba, fueron instruidos formar boxeadoras incluso cuando no había una posición definitiva por parte de la comisión nacional de ese deporte.

“Hace años había una propuesta para aprobar el boxeo femenino en Cuba, pero la comisión informó que era una práctica demasiado inhumana”, recordó Jesús Pérez Cabrera, profesor en la Escuela de iniciación deportiva (Eide) Héctor Ruiz.

Semejante posición, con argumentos abiertamente sexistas, defendía Pedro Roque, entrenador principal del equipo cubano de boxeo en 2009, cuando manifestó a medios foráneos que “las mujeres cubanas son para mostrar la belleza de su rostro, no para recibir golpes”.

 

Boxeo femenino en Cuba enfrenta discriminación


Para las olimpiadas de Londres 2012 ese criterio parecía envejecido y algunos amantes de la disciplina creyeron que boxearía, por primera vez, una cubana. Ese año, después discusiones que también fueron olímpicas, el boxeo dejo de ser el único deporte exclusivo para hombres. Las autoridades deportivas cubanas, en cambio, siguieron en sus trece.

“No tenemos intención en estos momentos de participar en ningún torneo internacional, porque consideramos esta modalidad no apropiada para las mujeres”, declaró José Barrientos, entonces presidente de la Federación Cubana de Boxeo, a Prensa Latina.

Empeñadas en boxear, y de paso, obligadas a defender su derecho a la igualdad, las pugilistas han interpelado a las instituciones, a menudo desde los medios. “Estamos pensando en enviar una carta a Mariela Castro y la Federación de Mujeres Cubanas”, le comentó Moreno en 2016 a la revista El Toque, sin que se sepa si envió la petición y obtuvo alguna respuesta.

“La resistencia a verlas entre doce cuerdas pasa además, en el caso nuestro, por organizaciones y grupos (liderada por la Federación de Mujeres Cubanas) que ven en una pugilista la expresión más cruda de enfrentamiento personal”, escribió Ernesto León en el semanario Trabajadores, como parte de un dossier acerca del boxeo femenino que se publicó en septiembre de 2017.

La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) rehusó hablar sobre el tema ante la solicitud de Estévez y Rodríguez, en nombre de Vanguardia. Mientras tanto, Idamelys Moreno piensa en la próxima olimpiada: “Me veo en Japón 2020. Ese es mi sueño".

 

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