El problema de la vivienda es uno de los grandes retos del gobierno cubano. La infraestructura habitacional insuficiente y la pésima reparación y mantenimiento a las viejas construcciones, han provocado recientes desastres, con pérdidas de vidas humanas.
Por esta causa, los vecinos del edificio situado en Línea y G, en el Vedado, con su líder Alejandro Arias a la cabeza, entregaron cartas al partido y al gobierno por todos los inquilinos, donde plasmaron las peligrosas condiciones que presenta el inmueble y una solicitud de entrega de materiales constructivos así como una brigada de albañiles que acometa su reparación.
"Hace unas semanas, a raíz de un artículo publicado en la prensa independiente denunciando las condiciones en que se halla el edificio, se presentó en mi apartamento un funcionario de vivienda a proponerme un subsidio. Le dije que no aceptaba una solución a mi problema, porque todos los vecinos estábamos en igual situación. Por eso redacté la carta y todos los miembros del edificio la firmamos. La entregué ayer en el partido municipal de Plaza de la Revolución, en el gobierno municipal y en las oficinas de Atención a la Población", dijo el líder.
A la pregunta sobre si confiaban en una respuesta positiva, Arias contestó:
"Con la publicación anterior no perdieron tiempo y me visitaron para darle una posible salida a la queja. Ahora que estamos todos los vecinos involucrados, creo que deberán tomar cartas en el asunto y evitar una desgracia. Existen serios peligros de derrumbe en partes del techo, muchas filtraciones y la azotea se encuentra en pésimas condiciones".
Este edificio situado en Línea y G, que fue construido en 1920, en pocos meses cumplirá 100 años. Nunca se ha acometido el mantenimiento y reparaciones que necesitan las viejas obras arquitectónicas. A pesar de las solicitudes de subsidios realizadas, para acometer el arreglo individualmente, no aparece la respuesta adecuada.
"Veremos que sucede esta vez", comenta Alejandro. "Las cartas fueron entregadas al partido y al gobierno municipal en la recepción, que es el canal establecido para darle curso, pero de ahí a que llegue a manos del funcionario correspondiente y que realice el trámite necesario con efectividad, hay un trecho. Luego queda la otra parte, donde los vecinos más desconfían: que se le dé curso a la queja y que el gobierno y el partido decidan invertir los recursos en la reparación del edificio".
Para Alejandro, la respuesta recibida en la oficina de Atención a la Población del gobierno municipal, fue la que más dudas generó.
"La funcionaria me dijo que teníamos de 30 a 60 días para recibir una respuesta. Elevaría la queja a Vivienda, pero es que a Vivienda hemos recurrido ya en numerosas ocasiones planteando el problema y la respuesta ha sido ineficaz. Enviaron una brigada con dos sacos de arena y uno de cemento, que no alcanzaba ni para empezar. Y dos trabajadores que nunca hicieron nada. Volvimos a quejarnos y la respuesta fue que irían el lunes, a ver el problema a pie de obra. Pero después de eso han pasados muchos lunes y nunca fueron".
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Recientemente una edificación del municipio Playa sufrió un derrumbe, donde perdieron la vida una mujer y su hija de 13 años. Otros inmuebles de la capital también se han derrumbado, ante la vista de funcionarios y dirigentes sin una respuesta enérgica a estos desastres.
Los inquilinos del Línea y G esperan que la estructura de su edificio soporte el peso de los años un poco más, y que la solución a su solicitud tenga un curso veraz y llegue, antes que tengan que sufrir pérdidas que después resulten irreparables.