Miami, Falta un mes para concluir la condena por tráfico de marihuana por la que lleva 39 de sus 83 años de vida encarcelado en EE.UU., el cubano Antonio Bascaro tiene la tarea de "desenmascarar" al "Che" Guevara en un lugar importante de su lista de cosas para hacer cuando sea libre, según dice a Efe.
Considerado como el condenado que ha cumplido la mayor pena por marihuana en Estados Unidos, Bascaro acaba de recibir la buena noticia de que su salida de una prisión de Miami será el próximo 1 de mayo y no el 8 de junio, como estaba inicialmente previsto.
Ese día cumplirá su deuda con la sociedad por haber participado en el tráfico de unas 272,4 toneladas de marihuana en Estados Unidos como parte de una organización de narcotráfico.
"Gracias a Dios volveré a ser un hombre libre, después de más de 39 años de encarcelamiento impecable por una conspiración no violenta de marihuana", expresó en una entrevista hecha por correo electrónico.
La condena inicial a este expiloto militar cubano que se exilió después de la revolución de 1959 y participó en la invasión de Bahía Cochinos en 1961 era de 60 años de cárcel, pero después fue reducida por buen comportamiento.
De ese tema, él no habla mucho, pero su hija, Myra Bascaro, señaló a Efe que su extensa condena obedeció a que se negó a delatar a otros narcotraficantes en plena guerra contra las drogas en los años ochenta, cuando fue detenido en Guatemala, donde se había exiliado y formado una familia.
"Lo primero en mi plan futuro es acercarme más a mis nietos y ayudarles con mi conocimiento de las diferentes etapas de mi vida. Sinceramente casi no nos conocemos y quiero fortalecer esa parte de mi vida", manifestó a Efe.
Bascaro es un icono para las organizaciones a favor de la despenalización de una sustancia que ya es legal en muchos estados del país, no solo con fines terapéuticos sino recreativos.
"Aunque parezca increíble -escribe en inglés en uno de sus correos dirigidos a Efe- nunca he usado drogas, ni siquiera cigarrillos y creo que es un poco tarde para mi (el probar la marihuana", responde con humor a una pregunta.
"No conozco los efectos que produce (la marihuana), pero creo que las penas son excesivas", dice convencido de que a nivel federal nunca se despenalizará la marihuana.
El riesgo de que antes de quedar libre sea deportado a Guatemala es algo que conoce y teme.
Según dijo a Efe en un correo, no quiere regresar a ese país centroamericano porque su vida estaría en "peligro" por la presencia allí de personal "de la Seguridad del Estado de Cuba", pero sí firmó su deportación "voluntaria a Cuba" cuando "el régimen político cambie".
"Trataré de permanecer en este país (EE.UU.) hasta que pueda regresar al mío, que creo que pronto será liberado, después de Nicaragua y Venezuela", indicó.
El prisionero, que camina apoyado en un bastón por una operación reciente en la espalda, dijo que estará "bastante activo" cuando recobre su libertad con la escritura de al menos tres libros sobre Cuba y su encarcelamiento en Estados Unidos.
Una de sus "prioridades" será "desenmascarar" al revolucionario argentino Ernesto "Che" Guevara (1928-1967).
"Es considerado mundialmente un héroe y no fue más que un asesino despiadado que asesinó miles en mi país", se lamentó.
Los primeros tres meses después de que Fidel Castro tomara el poder (1959) estuvo detenido como prisionero de guerra en el castillo del Morro, que está al lado del fuerte La Cabaña, donde el revolucionario argentino tenía su cuartel general, recuerda.
"Sufrí noche y día con los continuos fusilamientos, con el asesinato de prisioneros sin el debido proceso", dice este octogenario dispuesto a imprimir otras camisetas con la imagen del Che diferentes a las que hoy se comercializan.
En las suyas -dice- mostrará su "verdadera" cara de "asesino en masa", por la que recibió el apodo del "Chacal de la Cabaña".
Además, explicó que reseñará en uno de sus libros su lucha contra las guerrillas castristas en las montañas, su captura y encarcelamiento en 1959, su salida de Cuba y su posterior participación como piloto de la Brigada 2506 en la invasión impulsada por Estados Unidos para derrocar a Fidel Castro.
"He sido prisionero de guerra, prisionero militar, prisionero político, estuve preso en Cuba durante 1959 y 1960 en múltiples ocasiones y salí de Cuba a través de la Embajada de Uruguay donde me asilé, con la vista puesta en los campos de entrenamiento para la fracasada invasión de Bahía de Cochinos", relató.
Bascaro manifestó que el entrenamiento militar que tuvo en Cuba y la devoción a San Francisco de Asís le ayudan ahora a controlar sus emociones y salud a pocas semanas de su puesta en libertad, que celebrará con sus dos hijas y un hijo, que es piloto como él.
Señala que el santo le "enseñó a aceptar lo que no puedo cambiar, cambiar lo que puedo y poder reconocer ambas situaciones".
También escribirá sobre "la conspiración" que le trajo a su situación actual y sobre sus "39 años en el sistema federal de este país".
Explicó que los libros serán en español e inglés, gracias a la traducción certificada de una de sus dos hijas, y no contendrán "fantasías", pues en su historia no son "necesarias".