El congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart criticó este 21 de abril a la administración Biden por no sentarse a la mesa de negociaciones con los aliados de EE. UU. mientras conversa con el régimen cubano.
“La administración Biden no ha mantenido conversaciones genuinas y consecuentes con nuestros aliados y amigos en la región con respecto a la crisis de inmigración. Sin embargo, ahora, anuncia que se reunirá con la dictadura terrorista de Cuba…”, declaró el republicano en Twitter.
El anuncio de las negociaciones migratorias entre Washington y La Habana ha provocado reacciones de descontento entre los políticos de Florida, adversarios tanto del gobierno demócrata como del régimen cubano, y la comunidad cubana en ese estado sureño.
La víspera, cubanos exiliados se manifestaron en Miami para rechazar el diálogo. Decenas de personas respondieron al llamado de representantes de la sociedad civil, influencers y activistas del sur de la Florida para protestar contra las conversaciones migratorias.
Por su parte, la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar (republicana), también criticó las conversaciones migratorias. “A nosotros, los representantes del sur de la Florida y de la comunidad cubana, [Washington] no nos ha comunicado de qué se hablará”, declaró en entrevista con América TV el martes.
La ronda de negociaciones, el encuentro de más alto nivel entre autoridades cubanas y estadounidenses desde 2018, llega en medio de una ola migratoria de cubanos a EE. UU. que, según las estimaciones de Washington, sobrepasó los 80 000 arribos al país por la frontera mexicana en los últimos seis meses.
Estados Unidos explorará la posibilidad de reanudar los acuerdos migratorios con Cuba, dijo este 20 de abril el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una conferencia de prensa en Panamá.
Mayorkas, quien acompaña allí al presidente Biden en una reunión regional sobre migración, declaró que EE. UU. está comprometido con atacar las causas fundamentales de la migración a su país a través de ayudas a Centroamérica.
A esa ayuda hizo referencia ayer la viceministra cubana de Relaciones Exteriores Josefina Vidal, en entrevista con AP y CNN en La Habana, al decir que EE. UU. “está proveyendo económicamente a muchos países de la región para reactivar sus economías, para ayudarlos a generar empleos”, pero mantiene “mano dura” con la isla.
Expertos consideran que Cuba utiliza estas crisis migratorias para presionar a EE. UU. y obligarlo a negociar. Desde octubre de 2021, el régimen cubano dejó de aceptar nuevas deportaciones provenientes de Estados Unidos, declaró a El Nuevo Herald un portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).