El artista Yulier Rodríguez Pérez, conocido como “Yulier P”, dedicó este lunes su impactante obra “Purgatorio insular” a los presos políticos del régimen comunista de Cuba y a las víctimas de la agresión rusa a Ucrania.
Se trata de una enorme pintura de 23 metros de largo por tres de alto, la “más grande de Cuba” realizada en lienzo, según declaró su creador en Facebook. Está “dedicada a mis hermanos presos políticos en la isla y al pueblo invadido de Ucrania”, expresó Yulier P, residente en La Habana.
Unos 932 presos políticos se mantienen en cárceles cubanas, de los cuales más de 700 son manifestantes del 11 y 12 de julio pasado, según reveló el 7 de febrero Prisoners Defenders. La ONG informó que entre los presos del 11J se encuentran 32 menores de edad, la mitad de ellos acusados por el delito de “sedición”.
El grafitero y muralista Yulier P ganó en octubre pasado el Concurso 11-J de Arte Urbano, convocado por el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC). Mereció el primer lugar del certamen por su obra “BOOM”, perteneciente a la serie Regalos.
El concurso tenía como objetivo “describir gráficamente los eventos del 11 de julio”, cuando miles de cubanos salieron a las calles a manifestarse contra el gobierno, en un estallido social sin precedentes.
La estética expresionista de Rodríguez se hizo familiar a los transeúntes de la ciudad por pintar sobre ruinas de edificaciones en la capital cubana, una metáfora de la “resistencia” ante el abandono del sistema político. Por sus acciones artísticas ha sido detenido, amenazado y en ocasiones multado por las autoridades policiales.
Desde 2017, a Yulier P no le permiten hacer grafitis, por lo que ideó la serie Regalos, con intervenciones de escombros que luego deja clandestinamente en la vía pública y frente a instituciones del Estado.
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En una entrevista exclusiva con ADN Cuba, Yulier P declaró que “el gobierno cubano es un régimen totalitario, que convierte en enemigo a toda persona o producto que cuestione o denuncie su influencia, poder o dominio sobre el pueblo. El régimen contra todo el espíritu humano que añora la libertad”.
Añadió que “lo primero que tenemos que aceptar los artistas (…) es que estamos en una guerra, porque un artista que defienda a los desposeídos y los oprimidos dentro de Cuba jamás va a ser permitido, y será víctima de sabotajes a su obra y su persona.
“Mi pintura me ha salvado de todo, desde la marginación, la incomprensión, la miseria, la depresión, hasta la cárcel. Fue, es y será una bendición y un regalo de Dios para salvarme”.