Un grupo de activistas cubanos protestaron ayer 11 de febrero frente a la embajada del régimen cubano en Argentina en homenaje a las protestas antigubernamentales del 11 de julio en Cuba.
Una de las principales figuras de la marcha pacífica fue el músico cubano Luis Alberto Mariño Fernández, quien contó en redes como la manifestación fue contraatacada por una contramarcha de simpatizantes de la dictadura cubana.
“A pesar de que una vez más la dictadura cubana quiso taparnos la voz con una contramarcha, con bombos y trompetas nosotros seguimos luchando pacíficamente! No nos van a detener #PatriaYVida”, escribió el violinista en Twitter.
Mariño Fernández agregó que “Cuando se fueron los piqueteros contratados por la embajada nosotros comenzamos a cantar el himno y a hablar de la realidad cubana y también a leer poesía. No pueden con nosotros esto es #PatriaYVida”.
A su vez la historiadora del arte Anamely Ramos dedicó una publicación a los cubanos y argentinos allí congregados a favor de la liberación de quienes viven en la isla.
“Orgullosa de la labor de los activistas cubanos y argentinos en Buenos Aires. No podemos seguir permitiendo que Cuba externalice una crisis que es interna, por el actuar mafioso de un poder ilegítimo. Estamos juntos!” comentó la miembro del Movimiento San Isidro.
Los manifestantes, reconocidos bajo el nombre de Cubanos en Argentina por la Libertad, emitieron una declaración que ADN Cuba replica a continuación:
Declaración de Cubanos en Argentina por la Libertad, sobre la manifestación del 11 de febrero del 2022 frente a la embajada de Cuba.
Hoy, 11 de febrero, a siete meses de las protestas históricas del pueblo cubano, varios cubanos nos dimos cita frente a la embajada de cuba para seguir alzando nuestras voces en solidaridad con nuestro pueblo reprimido y secuestrado. Justo al llegar comenzó a tocar una banda de músicos contratados por la embajada para acallar nuestras voces, para de forma simbólica doblegar nuestra voluntad.
Sin embargo, ellos son esclavos de nuestra voluntad y de nuestra firmeza, porque todo lo planifican para contrarrestar nuestro mensaje. Son esclavos de nuestras decisiones de manifestarnos y además son movidos por esa simple voluntad destructiva, sin convicciones, por el simple poder de la violencia simbólica.
A pesar de ese ambiente tenso, a pesar de crear una situación compleja, nosotros nos quedamos dando testimonio y gritando entre pausa y pausa y encima de los bombos y las trompetas Patria Y Vida, S.O.S Cuba abajo la dictadura, libertad para los presos políticos etc… Toda esa escena es la mejor metáfora, el mejor símbolo de la realidad en Cuba, voces que son aplastadas por una maquinaria totalitaria que siembra el desierto para que solo vibre su voz, que no tiene dirección sino la búsqueda de la supervivencia por medios violentos y mecanismos de chantaje y control. Los bombos, las trompetas y todas esas pobres personas detrás de esas múltiples máscaras propiciaron una vez más la triste escena de violencia simbólica a la que intentan someternos y a la que someten unos militares y unas familias sin escrúpulos a todo un pueblo.
A ellos se les acabó el tiempo de contrato y pasada una hora se fueron, nosotros quedamos y entonces entonando el himno iniciamos una parte más tranquila donde leímos poesía cubana, poesía nacida de la experiencia del propio presidio político, explicamos la realidad que se vive en Cuba hoy, mencionamos algunos casos de presos políticos, de tantas familias que hoy esta viviendo el horror, de tanta injusticia. Alzamos nuestras voces para finalmente leer el primer capítulo del presidio político de José Martí, ese testimonio de dolor, y sufrimiento pero sin odio en el corazón, porque tanto Martí como todos los que buscamos la verdadera libertad y que interiormente hemos dejado nacer el árbol de la Esperanza y la Fe no podemos odiar porque queremos construir y crear. Como dijo Oswaldo Payá en muchas ocasiones antes de que la dictadura cubana lo asesinara, “nuestra mayor victoria es que no tenemos odio en el corazón”.
Con ese centro claro y firme, los cubanos que residimos en Argentina y que defendemos la libertad y la democracia vamos a dar testimonio cada 11 de cada mes para alzar nuestras voces, para abrazarnos como hermanos y para construir gesto a gesto, poco a poco esa Patria libre que llevamos cada uno en nuestro corazón.