El joven activista cubano Adrián Rubio, uno de los acuartelados en San Isidro en noviembre pasado, fue detenido en la mañana de este lunes por elementos policiales del régimen cuando salía a la calle a buscar comida.
“Salí de casa de Anyell Valdés con el interés de buscar unos mandados, buscar comida, y resulta ser que me detiene un auto patrulla con uno de la Seguridad y me meten esposado para el carro, como si yo fuese un criminal, como si yo hubiese matado a alguien”, narró Rubio en una directa desde su perfil de Facebook.
Según dijo, los represores no sabían para dónde trasladarlo, al parecer porque la detención no obedecía a alguna orden específica. “No sabían ni para qué calabozo llevarme. Uno le preguntaba al otro: ¿para dónde lo llevamos? No saben qué hacer con su vida, saben que les queda poco. Por eso yo no me rindo, sé que tienen miedo”.
“Me apretaron las esposas”, agregó el activista, mientras mostraba ante la cámara las marcas que el accesorio policial dejó en sus muñecas. “He notado que cuando me ponen las esposas, las aprietan con rabia, con roña”.
De acuerdo con su testimonio, los represores lo llevaron como a cuatro o cinco cuadras de la casa de Valdés, otra de las acuarteladas en noviembre en Damas 955, sede del Movimiento San Isidro (MSI).
“Allí me quitaron las esposas, me subieron de nuevo al carro y empezaron a amenazarme, diciéndome que yo, con 18 años, lo único que hago es contrarrevolución”, contó Rubio, para luego agregar que les respondió que los únicos que están contra la Patria son ellos.
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El joven, liberado por sus captores al poco tiempo, es calificado como objetor de conciencia por su negativa a pasar el Servicio Militar Obligatorio del régimen. Según ha dicho en varias ocasiones, no empuñará las armas en favor de una dictadura ni pretende vincularse a grupo alguno que contemple la violencia y el uso de armas para conseguir sus objetivos.
El pasado 22 de febrero, Rubio y Valdés fueron víctimas de un deleznable acto de repudio protagonizado por acólitos del régimen y otros ciudadanos “acarreados”. El motivo fue que ambos activistas escribieron un cartel con la frase “Patria y Vida” en la fachada de la vivienda de Valdés.
A los participantes en el acto no les importó que en la casa hubiera niños pequeños y, además de vociferar las habituales consignas de apoyo a la dictadura, irrumpieron en la vivienda con violencia para tapar el letrero y estampar otros de apoyo a la supuesta revolución y sus líderes, incluido el extinto Fidel Castro.
Valdés ha dicho que denunciará legalmente el acto de repudio castrista contra su familia. Al igual que Rubio, desde el acuartelamiento en la sede del MSI ha sido objeto de continua vigilancia y acoso policial.