El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, respondió el lunes a las acusaciones del gobierno colombianos sobre un informe que denuncia una estrategia de injerencia indebida de la isla en Colombia de cara a los comicios presidenciales de 2022, en los cuales el régimen de La Habana querría que la izquierda obtuviese la victoria.
El informe realizado por agencias del Estado y publicado por Semana señala textualmente: “Cuba ejecuta una estrategia de injerencia en Colombia a través de la orientación de cubanos con cobertura diplomática en organizaciones sociales solidarias, la infiltración de programas de cooperación con autoridades locales y su financiación por medio del ELN”.
Díaz-Canel, en su cuenta de Twitter, compartió un artículo publicado en el diario Juventud Rebelde, que recogió la postura del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba, y cuya organización calificó los señalamientos del gobierno colombiano en su contra como una “calumnia”.
“Ante el artículo mencionado, que acusa de espionaje a sus integrantes, recalca que los miembros del Movimiento se vinculan de manera voluntaria y sus actuaciones son públicas, transparentes y enmarcadas en la Constitución y las leyes de Colombia, refiere Prensa Latina”, dice el artículo de Juventud Rebelde, compartido por el gobernante de Cuba.
“Sus integrantes asumen la causa de la solidaridad con Cuba como un deber moral y ético, ante la despiadada y criminal persecución planeada, organizada y financiada por el gobierno estadounidense. Los objetivos del Movimiento son denunciar las agresiones de las cuales es víctima el pueblo cubano, en especial el bloqueo económico impuesto por Washington, difundir los logros de Cuba en materia de Salud, educación y deporte, entre otros, y concitar la solidaridad de quienes creen y defienden la justicia y el derecho de los pueblos a ejercer su soberanía”, señaló.
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Las relaciones entre Colombia y Cuba han ido aumentando a raíz del informe realizado por agencias de estado. El presidente Iván Duque advirtió que expulsará a los diplomáticos cubanos que violen la convención de Viena.
“En nuestro territorio, bienvenidos todos los diplomáticos que vengan a fortalecer los lazos, pero también seremos claros, implacables y contundentes con quienes pretendan, en el ejercicio de la función diplomática, venir a nuestro país a tratar de interferir en el sano desarrollo del curso institucional colombiano”, dijo Duque.
El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), uno de los políticos más influyente de Colombia, se pronunció al respecto y advirtió al régimen cubano que no iba a permitir que “Colombia sea llevada al paredón”.
El paredón era el mecanismo utilizado por el Che Guevara, Fidel Castro y en general la revolución cubana para fusilar a quienes no estuvieran de acuerdo con el plan político y económico que tenían los comunistas para la isla. Se estima que al menos 7 mil personas fueron asesinadas en esas circunstancias.
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La discordia entre ambos gobiernos en los últimos meses ha girado en torno a la extradición de los líderes de la guerrilla colombiana del ELN que permanece en La Habana (Cuba) tras la ruptura de los diálogos de paz.
Duque ha exigido su regreso a Colombia, para que paguen por los delitos cometidos, pero Cuba no ha dado respuesta y se ampara en los protocolos firmados durante el gobierno Santos. Ese documento contemplaba un retorno a Colombia, monitoreado por la Cruz Roja, para que los líderes subversivos pudieran volver a sus campamentos en un plazo de 72 horas.
La revista Semana conoció que el Gobierno ha perdido la confianza en el embajador cubano en Bogotá, José Luis Ponce Caraballo.
Cuba regresó en los últimos días del Gobierno Trump a la lista de países que protegen el terrorismo. Uno de los argumentos con el cual EE.UU. acusa a la isla es de no extraditar y proteger a los cabecillas de la guerrilla colombiana ELN que permanecen en su país, mientras sus fuerzas desplegadas en territorio colombiano planean y ejecutan ataques terroristas y secuestros, entre otros delitos.