El activista Osmel Adrián Rubio, uno de los huelguistas de hambre que estuvieron acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro, denunció el ciberacoso de un partidario del régimen castrista.
“¡¡¡¡¡Sigue acosándome miren con sus propios ojos!!!!!”, escribió en Facebook el joven, y compartió capturas de pantalla del perfil que lo ha atacado, así como su agresivo comentario.
Se trata de un individuo identificado en redes como Rodríguez Oromi Jimmy, quien realizó comentarios homofóbicos contra el joven, tildándolo de ser “un pobre mar…”, que no tendría “principios ni educación”. Además, arremete contra él y el coordinador principal del MSI, cuando ofende expresando que Osmel Adrián es “marginal y despretigiada como (…) Alcántara”.
Lo más preocupante es cuando lo amenaza con la muerte por su activismo pacífico. Del objetor de conciencia difama que solo “quiere meterse a joder”.
“Mira lo que te espera, y es en serio”, arremete el “Ciberclaria”, al tiempo que comparte un fragmento del Código Penal sobre presuntos delitos contra “la Independencia y la Integridad Territorial del Estado”.
Rodríguez Oromi amenaza a Osmel Adrián con que el régimen le daría una condena de entre 10 a 20 años de prisión, o la muerte.
Todo cubano que frecuente Facebook y Twitter conoce las “ciberclarias”, trolls agentes de la Seguridad del Estado, funcionarios anónimos de la administración pública o estudiantes en universidades cubanas que reclutan para “salirle al paso” a cualquier crítico de la dictadura en Internet. También tienen como misión monitorear la actividad en las redes sociales, ver cuáles son los temas candentes, identificar a críticos importantes o líderes de opinión.
Estas brigadas de perfiles que se encargan de atacar a opositores y defender al régimen cubano llevan operando desde el surgimiento de internet en Cuba.
El acoso contra Osmel Adrián por sus ideas políticas, no se limita a las redes sociales. A mediados de la semana anterior, el joven menor de 20 años denunció: “Estoy siendo atacado en esos mismos instantes, después me llaman terrorista, mis mismos vecinos atacándome tirando piedras para mi casa”. A la mañana siguiente, comprobaría que lo que lanzaron contra la vivienda donde vive con su madre y su hermana, fueron numerosas botellas de cerveza.
Rubio, objetor de conciencia que se niega a ingresar en el Servicio Militar, pidió mediante un post de Facebook: “por favor denle publicidad a este post no tengo miedo a seguir luchando [,] pues yo grité en [la estación policial] Cuba y Chacón el día 26 después de haber sido desalojado del MSI que si el precio de la libertad es la vida yo pagaba”.
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Según refirió el opositor, los objetos fueron lanzados desde la “casa de Lorenzo Caballero”, un individuo al que identifica como nieto de la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR), quien lo ha amenazado diciendo que lo va “a destripar”.
Osmel Adrián Rubio Santos, el más joven de los activistas que protestaron pacíficamente en la sede del Movimiento San Isidro en La Habana Vieja, por la liberación de Denis Solís, se encuentra bajo un operativo permanente de vigilancia policial, sin poder salir de su vivienda.
Rubio Santos dijo a ADN Cuba este lunes que se encuentran afuera de su residencia “un represor de la Seguridad del Estado y tres oficiales de la PNR, [Policía Nacional Revolucionaria]”.
El joven opositor al régimen castrista, que permaneció durante tres días en una huelga de hambre que debió abandonar por problemas de salud, señaló que el domingo anterior comenzó “a leer en voz alta, parado en la punta del pasillo exterior de mi vivienda, historias y cuentos de La Edad de Oro”.
Esta fue la lectura que el activista escogió para participar en el “susurro poético” en apoyo al Movimiento San Isidro. “Al no tener un libro de poesía en la casa, decidí leer la obra de José Martí”, apuntó Rubio Santos.