El trovador cubano, Silvio Rodríguez, afín al castrismo, escribió en su blog Segunda Cita su criterio sobre la falta de capacidad del Ministerio de Cultura para entablar un diálogo con los artistas plantados el pasado 27 de noviembre en las afueras de su edificio y cree que se agarraron de una excusa para no darles la cara a los jóvenes.
“Da la impresión de que se agarraron de lo que fuera para suspender el diálogo, para quitárselo de arriba (suena a orientación superior)”, señaló el conocido trovador.
“Un amigo me escribe ´Se les fue la mano. Ese pulseo sabían que no era ganable´. Y le respondí: No están preparados para ganar ningún pulseo que no sea el de los cojones. Pobres de nosotros”, añadió el cantautor oriundo de San Antonio de los Baños.
El músico había compartido en su blog un artículo de La Joven Cuba, titulado “¿Spring is coming?” porque según Rodríguez, “Ricardo J Machado me recomendó el artículo para SC y lo puse de entrada”.
Después el trovador dio otra opinión al respecto de algunas de las solicitudes del Movimiento de San Isidro y señaló despectivamente que “la exigencia de que los atienda el Presidente está bastante rara. De madre si un presidente tiene que sentarse a discutir con todo el que se le ocurra. Humos muy -pero muy- subidos”.
Otro trovador, cercano al oficialismo Vicente Feliú, igualmente opinó que estaba totalmente de acuerdo con el artículo donde se teorizaba sobre golpes suaves y probables guerras civiles en la isla.
Silvio Rodríguez, ya había criticado el decreto que estipula 19 violaciones por las cuales los artistas cubanos pueden ser multados, llevados a los tribunales e incluso perder su licencia para ejercer.
Según Rodríguez este decreto “fue cocinado entre pocos” y que “una disposición de esos alcances debe tener un origen y un fin más democráticos”.
Este 4 de diciembre, la prensa oficialista de la isla en una escueta nota dijo que “al pretender incluir entre los participantes a personas que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo”. Con ello se desligaban de cualquier tipo de diálogo con la intelectualidad cubana que se plantó en las afueras de la entidad cultural.
“El Ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses”, señalaron desde el régimen.