China parece no tener apuro en que se realice la investigación sobre los orígenes del coronavirus en su territorio exigida por varios países, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) pareciera seguir apañándola.
El director general del organismo internacional, Tedros Adhanom, etíope de raíces marxistas y buen amigo de Xi Jinping, presentó hace meses un equipo de expertos, pero el Partido Comunista Chino no se decide aún por sus elegidos.
Han transcurrido ya diez meses desde que todo comenzó en Wuhan; aún hoy, los orígenes de la pandemia siguen siendo inciertos. China se da el lujo de continuar demorando la investigación mientras en el mundo siguen muriendo miles de personas cada día a causa del Covid-19. Esto también expone un claro conflicto de intereses ya que será Beijing quien seleccione a quienes lo investigarán.
El director ejecutivo del programa de emergencias de salud de la OMS, Mike Ryan, confirmó en una reunión especial de la junta ejecutiva de la organización, la lista de candidatos expertos seleccionados de todo el mundo para la misión, y agregó que ahora quedaba en manos de Beijing el decidir a quiénes aprobaría y cuándo los dejaría entrar en su territorio.
“Se ha enviado una lista de candidatos a las autoridades chinas para su consideración y para los próximos pasos con el fin de desplegar ese equipo”, dijo Ryan al grupo asesor de representantes de los estados miembros, sin decir cuándo se envió la lista.
En la reunión del lunes, representantes de Estados Unidos, la Unión Europea y Australia pidieron a la OMS que enviara el equipo y compartiera más detalles sobre la misión. Pero los observadores dijeron que la OMS no podía enviar a nadie a un estado miembro sin su consentimiento.
Muchos analistas señalaron que la legitimidad de la misión dependerá de quién participe y cómo se dirija, particularmente después de las fuertes críticas recibidos por la OMS al haber complacido a China durante las primeras semanas del brote.
Estados Unidos ha culpado de la propagación del Covid-19 a la OMS por su dependencia en la recepción de información preliminar proveniente de Beijing, quien se tomó varias semanas luego del surgimiento de la enfermedad para confirmar la transmisión del virus de persona a persona.
El presidente chino, Xi Jinping, afirmó haberse mantenido en estrecho contacto con la OMS desde los comienzos de la pandemia, mientras que el representante Zhang Yang de la Comisión Nacional de Salud de China aseguró el lunes a la junta ejecutiva que su país ha sido siempre transparente y responsable del cumplimiento de sus obligaciones internacionales.
“Dada la geopolítica de la pandemia, este ir y venir entre la OMS y China reavivará las críticas tanto a la OMS como a China y oscurecerá la nube que ya se cierne sobre la organización y su relación con el gobierno chino. Si la misión no se considera creíble, podría afectar la posición general de la OMS”, dijo John Lee, investigador principal del Centro de Estudios de los Estados Unidos en la Universidad de Sydney y del Hudson Institute en los Estados Unidos
A principios de este año, Beijing se resistió a las presiones de Estados Unidos y Australia que insistían en llevar adelante una investigación sobre los orígenes del virus. China lo tomó como un ataque al ser responsabilizado por el brote de la pandemia. Pero Beijing finalmente no tuvo más remedio y accedió apoyando una resolución de la OMS que pedía una investigación científica.