"Pero no solo en la capacidad de embalse está el alcance que a escala nacional muestra la acuicultura espirituana", escribe un periodista local. Sino que, a su modo de ver, "tan envidiable como el recurso agua se torna otro, inagotable hasta en los momentos de peor sequía: el humano, ese que genera la cualidad de prever, organizar y ejecutar con inteligencia los procesos de producción, distribución y consumo".
Añade que así lo confirma la conversación franca e ilustrativa con Antonio Olalla, director general de la Empresa Pesquera de Sancti-Spíritus, PESCASPIR y con su joven y muy competente director de producción Orlando de la Cruz Rivadeneira.
"Áreas de pesca, sistema de transportación, naves de procesamiento, conservación y comercialización integran una cadena en la que pierde todo sentido aquel viejo adagio de ruptura por su eslabón más débil… porque sencillamente no parece haberlo", valora.
Como explica de la Cruz, sostiene, la provincia dispone de los demandados filetes de claria, minutas de tilapia, picadillo de ambas especies, carpa y tenca, así como de una amplia gama de renglones elaborados en la planta de conformado con que cuenta la Unidad Empresarial de Base INDUPIR.
"Bien lo sabe Erich Pérez Márquez, jefe de producción en ella y testigo de la consagración con que laboran sus trabajadores", vuelve a dar una valoración.
“Aquí tenemos creadas las condiciones para elaborar chorizo, mortadella, perro caliente, jamonada y spam, además de croquetas criollas y para buffet, medallones, masa para croqueta y para hamburguesa, entre otros”, concluye, sin que se pueda dejar de leer entre líneas que estos son loss "manjares" con que tiene que conformarse el pueblo cubano.
La calidad, ya se sabe, es para el turismo.
