En la Cuba de los Castro tener un negocio, aun en un sector tan necesario como el cultivo de alimentos, es una ruleta rusa que en cualquier momento puede terminar con tu vida. Quien pretenda trabajar y prosperar, debe moverse entre la escasez de recursos, la burocracia y corrupción de los empleados estatales, y la calamitosa gestión económica del régimen. Al final, si la policía o algún funcionario “se pone para ti”, aunque estés produciendo comida, puedes terminar tras las rejas.
Este lunes informaron en la Televisión Cubana que tres ciudadanos están en prisión provisional, a la espera de juicio, por “desviar agua” para cultivar en una vivienda de la barriada El Paraíso, ubicada en el municipio Cotorro (La Habana).
Allí “se detectó que estas personas se apropiaron de un terreno aledaño a su vivienda el cual explotaban sin estar autorizado el usufructo [agrícola]. Además, construyeron un reservorio artificial el cual se abastecía de dos acometidas conectadas a la red hidráulica de la zona”, dijo la 1er teniente Yadira Cárdenas Rodríguez, del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI).
Julián Mojena Martínez, jefe de inspectores del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), explicó que ese estanque cavado en el patio tiene una capacidad aproximada de 100 metros cúbicos. Durante la intervención estatal descubrieron una tubería “que dotaba de agua y distribuía a varias zonas bajo riego dentro y fuera del patio”.
Aunque el “desvío” del agua no era para una piscina privada ni mucho menos, sino para “regar tierras cultivadas” como reconoce el reporte, los implicados lo utilizaban “ilícitamente el agua clorada de la red hidráulica apta para el consumo humano, desde febrero hasta principio de junio”.
La información divulgada por el oficialista Noticiero Nacional menciona que la acción es “más grave” porque la fuente de abasto San Francisco 2, que provee de agua a El Paraíso, “presenta una situación de llenado desfavorable”.
Según el funcionario del INRH, Mojena Martínez, los acusados sustrajeron de la red de acueducto “poco más de 8 294 metros cúbicos, suficientes para que 55 296 personas reciban agua un día”.
Además, las autoridades del Ministerio del Interior hallaron que a los prisioneros “se les vendió de forma ilícita varios recursos destinados a campesinos adscritos a dos Cooperativa de Crédito y Servicio del Cotorro”.
El teniente Yaismel Oliva Portales, instructor penal, dijo que los tres acusados “se encuentran bajo la medida cautelar de prisión provisional”. También se les acusa del “delito de cohecho porque le suministraban pagos a un empleado” de la empresa estatal Aguas de La Habana.
Los representantes del régimen consideran que el caso es “más grave en condiciones de sequía y en medio de la situación sanitaria del país con la pandemia del coronavirus”, por lo que no sorprenda que a los cubanos detenidos les cobren todas las culpas propias y ajenas. Además, la prensa oficialista le ha sumado en su reporte al desvío “los gastos adicionales de petróleo al tener que suministrar agua con pipas a comunidades” por los daños que presuntamente ocasionó este riego de un sembrado.