Cuba lleva más de 30 años con un índice de natalidad incapaz de garantizar el reemplazo poblacional, lo cual se convierte en un enorme reto demográfico para un país pequeño que tiende al envejecimiento mayoritario de su población y es golpeado además por la emigración de muchos de sus jóvenes y otros grupos etarios económicamente activos.
La tendencia, común en muchos países del mundo, se mantuvo en el primer trimestre de 2020. Nuevamente el número de muertes en la isla superó al de nacimientos, por lo que otra vez el discurso oficial llama sobre la importancia de “enfrentar el descenso de la natalidad en el país”.
Para garantizar el reemplazo poblacional, un país debe tener un índice de natalidad de 2,1 hijos por cada dos padres y una cifra de nacimientos superior a la de los decesos en determinado período de tiempo. Sin embargo, en los tres primeros meses del actual año, en Cuba hubo 23 666 nacimientos y 27 mil 269 fallecimientos. Es decir, hubo 3 603 más muertes que alumbramientos.
De continuar persistiendo el fenómeno, influido por condiciones económicas que instan a las parejas a no procrear o a hacerlo en cuantías demográficamente poco significativas, el envejecimiento seguirá golpeando a un país con una economía insuficiente para garantizar varias necesidades básicas de su población.
A ello también contribuye la elevación de la esperanza de vida en Cuba durante las últimas décadas, lo cual debe verse como un resultado positivo de políticas que favorecen la prolongación de la vida y no como un fracaso, según publicó el diario Juventud Rebelde.
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En su reporte sobre un informe gubernamental del tema, publicado en abril, el medio oficialista destaca que las cifras se complejizan ante la pandemia de la COVID-19, no por el número de decesos asociados, sino por el temor a la concepción en medio de esta situación sanitaria.
La contingencia impuesta por la pandemia genera más conductas de planificación ante la incertidumbre y el potencial empeoramiento de la vida diaria, y contribuye a que haya habido más muertes que nacimientos, lo cual, según el informe de la entidad gubernamental, es “un fenómeno atípico en Cuba, aunque expresa una tendencia de baja natalidad y envejecimiento que el país vive desde hace varias décadas”.
“Entre las políticas que hoy se implementan a nivel nacional para revertir este fenómeno se hallan la proyección de mayor capacidad en círculos infantiles, mejoras en la atención a las madres y padres trabajadores, y la creación de miles de viviendas para las familias con varios hijos”, precisa el reporte del medio oficialista, que ninguna mención hace a las perennes crisis económica, escasez y desabastecimiento de la Cuba socialista, causas también de la baja natalidad y de una continua emigración de fuerza productiva joven y capacitada, que tampoco se menciona con frecuencia en el discurso oficial.