La cooperación japonesa donó a Cuba equipo agrícola para la producción de arroz, grano del que la Isla es deficitaria para este año, según han reconocido las propias autoridades del régimen.
El equipo donado por Japón consiste en 18 tractores, tres trasplantadoras y tres sembradoras de bandeja, y han sido destinadas a dos empresas estatales de la provincia de Granma, según informó Canal Caribe.
El reporte televisivo dijo que el donativo es parte del proyecto agrícola que se ejecuta en Granma desde hace tres años, y en el que Japón colabora, no solo en esa provincia sino a otras empresas arroceras del país.
“Han llegado a nuestra empresa tres trasplantadoras, tres sembradoras de bandeja y ya están en el país 18 tractores que deben llegar pronto aquí a la empresa”, aseguró Noema San Miguel, coordinadora regional del proyecto.
Los operarios de esas máquinas ya están siendo capacitados para ponerlas pronto en uso en los campos, señaló el informe.
San Miguel dijo que habitualmente la siembra de arroz se realiza de forma directa, manualmente, pero con el uso de la maquinaria japonesa se traducirá en una mejora en la eficiencia del proceso.
“Estamos trasplantando pero manualmente, y se utilizan más de 60 hombres”, acotó.
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El informe señaló que la provincia de Granma logró su mayor producción de arroz en 2018, con 80.000 toneladas.
Este año el Gobierno, a nivel nacional, no va a cumplir la meta de producción programada, de 190.000 toneladas.
ADN Cuba informó ayer miércoles que el ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero reconoció la situación.
"Se incumplió la campaña de siembra de la época de frío en 22 000 hectáreas por falta de combustibles, fertilizantes y plaguicidas", precisó.
Agregó que debido a esto se decidió volver sobre lo pactado en la campaña de primavera, en la cual se deben cultivar 95 000. "Con todas las limitaciones de insumos, se están sembrando en estos momentos unas 80 000".
También ADN Cuba publicó esta semana las declaraciones de un agrónomo que, en esencia, dijo que la baja producción de alimentos en la Isla se debe a la estrategia económica dogmática del régimen.
"Tenemos productores con reservas de eficiencia que no se pueden aprovechar por una distribución inadecuada de los recursos. El mercado de consumo cuya demanda es más rentable se suple con relativamente pocas cantidades para sectores poblacionales que pueden pagar altos precios", dijo Giraldo Martín Martín.