El pasado martes 9 de junio, la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá condenó por múltiples crímenes a Juan Francisco Prada Márquez alias ‘Juancho Prada’, exjefe paramilitar del frente ‘Héctor Julio Peinado Becerra’ de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Según investigaciones de la Fiscalía de Colombia, se logró documentar 465 hechos delictivos por parte del frente ‘Héctor Julio Peinado Becerra’ como homicidio, desaparición forzada, desplazamiento forzado, reclutamiento ilícito de menores y violencia basada en género.
La estructura paramilitar comenzó a delinquir entre la década de los 90’ hasta comienzos del 2006, dejando 3.385 víctimas en los municipios del departamento del Cesar y Norte de Santander.
Dentro de los homicidios cometidos por los paramilitares en los municipios del Cesar se encuentra el asesinato de Rosalba Contreras, secretaria de un Juzgado Municipal y de María Elena Gómez Naranjo, directora de un hospital en San Alberto.
También se les atribuye el desplazamiento forzado de la finca Bellacruz en febrero de 1996; a lo que el Consejo de Estado declaró como un predio de origen baldío, es decir, que puede ser apropiado por campesinos sin tierra.
A través de la ley de ‘Justicia y Paz’ que promovió el gobierno de Uribe para desmovilizar a los grupos paramilitares, el excomandante ‘Juancho Prada’ y otros 29 miembros que pertenecen a la estructura criminal fueron condenados a ocho años de prisión.
El trayecto delictivo de ‘Juancho Prada’ inició siendo un aliado de los máximos líderes de las AUC, los hermanos Castaño, hasta llegar a dirigir su propio frente paramilitar y a su vez hacía parte del Bloque Norte (otra estructura de las AUC) que era liderado por el extraditado Rodrigo Tovar Pupo alias ‘Jorge 40’.
‘Juancho Prada’ mantuvo un bajo perfil durante los años que se destaparon los crímenes de los paramilitares y no fue extraditado a Estados Unidos como otros líderes de ese grupo armado.