Las medidas para intentar frenar el avance del coronavirus impuestas por el Gobierno de El Salvador, que habían sido bien vistas, fueron estropeadas por el mismo Ejecutivo que no previó el desorden que se formaría a la hora de entregar un bono de $300 a 1.5 millones de familias, como compensación por el confinamiento obligatorio en el que se encuentra la población.
Así lo reportaron medios locales e internacionales, este martes.
Miles de salvadoreños salieron el lunes a las calles de varias ciudades del país a intentar reclamar dicha ayuda económica, generándose colas kilométricas y conglomeraciones que eran las que buscaba evitar el Gobierno de Nayib Bukele, con el confinamiento.
Las masivas concentraciones en varias ciudades, en los alrededores de los llamados Centros Nacional de Atención y Administración de Subsidio (Cenade), hicieron que de hecho el confinamiento obligatorio, dispuesto por el Gobierno, quedara anulado al menos en esas horas en que las personas se volcaron a las calles.
Y por si fuera poco, cientos de salvadoreños que no aparecen en la lista de beneficiarios para recibir una ayuda económica salieron la madrugada de este lunes a reclamar los 300 dólares.
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"Nos estamos muriendo de hambre", gritaban vendedores informales que cerraron calles y amenazaron con saquear supermercados.
Las calles que han lucido vacías en los últimos días para prevenir contagios del coronavirus, amanecieron abarrotadas de gente que está desesperada porque no tiene ingresos económicos, informó por su parte la cadena Univisión.
“Ya tengo tres semanas sin trabajar y si no trabajo no tengo cómo mantener a mi familia, cómo darles de comer”, se quejó Jorge Sandoval, un obrero de 35 años que trabajaba en la construcción de un centro comercial en Apopa.
Jorge tiene esposa y cuatro hijos, es el único que sostiene económicamente a la familia. “Me ha tocado prestar dinero. Estoy aquí para ver si me pueden resolver algo”, dijo este obrero que tampoco tiene contrato formal con la empresa que trabajaba.
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Bukele aseguró el viernes que el gobierno ha hecho una labor “titánica” para la entrega de la ayuda económica. La distribución de ese dinero será, en los próximos días, un asunto complicado.
Jorge, por ejemplo, tiene su propia casa, pero el recibo de energía eléctrica (uno de los parámetros del gobierno para la entrega de la ayuda) lo paga junto a su madre y sus otros dos hermanos. Es decir, en un mismo terreno viven tres familias. Ninguna de las tres familias que comparte el servicio de energía eléctrica ha recibido la ayuda.
Cerrar las fronteras y el aeropuerto, aprobar un estado de excepción y ordenar una cuarentena nacional de 30 días son algunas medidas drásticas que el gobierno salvadoreño ha aprobado durante las últimas dos semanas.
La casi paralización de las ciudades se interrumpió este lunes: por un lado cientos de salvadoreños reclamaban la ayuda económica, pero en los bancos también había largas filas de personas retirando los $300 dólares de sus cuentas bancarias.