Multas entre 8.000 y 10.000 pesos para gastronómicos por adulteraciones en peso de productos y acaparamiento

La pizzería Buona Sera y el restaurant El Mandarín estuvieron entre los establecimientos donde se detectaron violaciones al peso de los productos y sancionaron a trabajadores
La pizzería Buona Sera fue uno de los establecimientos sancionados. Foto: Trabajadores/René Pérez Massola
 

Reproduce este artículo

Trabajadores del sector del Comercio, la Gastronomía y los Servicios en la capital cubana fueron multados esta semana con montos entre 8.000 y 10.000 pesos por adulterar el peso normado para varios productos e incurrir en hechos de acaparamiento para su beneficio personal, según informa este sábado el oficialista Tribuna de La Habana.

Las sanciones estuvieron amparadas en el Decreto 30 del año en curso, que también contempla multas de hasta 15.000 pesos para los administrativos que permiten violaciones e irregularidades en los establecimientos a su cargo y no ejercen el control necesario.

Tribuna detalla en su reporte que este jueves se realizaron un grupo de acciones de inspección y control en restaurantes y cafeterías estatales y del sector particular como parte de la “lucha contra las ilegalidades”, lo que permitió detectar “graves indisciplinas en el servicio al público”.

Uno de los establecimientos en el que se detectaron violaciones fue en la céntrica pizzería Buona Sera, en el Vedado, donde las pizzas se estaban expidiendo a los consumidores con un peso inferior al normado.

De 340 gramos que debían tener de acuerdo con la norma, el cliente las recibía con un peso entre los 210 y 220 gramos, comentó al referido medio Orestes Yanes Mestre, coordinador de Programas del Gobierno en La Habana que atiende la actividad de fiscalización y control.

De manera similar, en el restaurante El Mandarín se adulteraba la cantidad de camarón grillé. De 174 gramos como norma, sólo se servía entre 110 y 115 gramos por porción, a la vez que se expedía mercancía no certificada por las autoridades sanitarias.

También “se detectó el acaparamiento de mercancía (cerveza dispensada), pues los inspectores encontraron en taquillas y mochilas de varios trabajadores pomos de un litro y medio lleno de cerveza, en cuantía superior a la que se puede considerar para consumo personal”, agregó Tribuna en su reporte.

Según detalló, se hallaron entre 10 y 15 pomos en las taquillas de varios trabajadores, e incluso en una había más de 24, “lo que sin dudas muestra la especulación con un producto que el Estado pone a disposición de la población”.

Yanes Mestre dijo al medio oficialista que lo más importante para el Partido y el Gobierno en La Habana no es la imposición de multas, “sino que el producto vaya al destino para el cual fue diseñado”.

“Que el pueblo reciba un servicio con calidad, y que estos productos no se conviertan en blanco del desvío, el acaparamiento y aprovechamiento por parte de personas inescrupulosas. Contra todo el que pretenda actuar de esta manera, recaerá el peso de la ley, en nombre del pueblo habanero”, dijo el funcionario.

Prácticas como estas ahora sancionadas ahora en La Habana son habituales en toda Cuba, fundamentalmente en el sector estatal. 

La agudización de la crisis crónica y la creciente escasez de alimentos y artículos de primera necesidad las hace más visibles y motiva mayores quejas en la población, razón por la cual las autoridades se esmeran más en su descubrimiento y sanción, sin proyectar medidas que ataquen las causas y eviten su ocurrencia.