Puerto Príncipe, Los médicos residentes del Hospital de la Universidad del Estado de Haití (HUEH), el principal del país, llevan dos semanas en huelga en reclamo de sueldos atrasados, lo que mantiene este centro prácticamente paralizado, agravando la precaria asistencia médica en esta nación.
Debido a la huelga, algunas personas han tenido que acudir a centros privados, un lujo en esta nación, donde casi el 60 % de la población vive bajo la línea de la pobreza (2,41 dólares al día) y más del 24 % por debajo de la pobreza extrema (1,23 dólares al día), según cifras del Banco Mundial.
El sindicato de los médicos confió en poder negociar en breve con el Ministerio de Salud para buscar una solución a esta situación, mientras que los médicos en huelga aseguran que no cobran desde hace más de cinco meses.
"Esta huelga es para pedir al Gobierno que respete a los médicos y a la población que utiliza este hospital", dijo este martes un médico a Efe.
El profesional de la salud señaló que "es una vergüenza" tener que paralizar la asistencia médica para reclamar el pago de los salarios atrasados, pero señaló que es "necesario".
Los médicos también reclaman mejores condiciones de trabajo y materiales."El hospital tiene muchas necesidades, esperamos que el Ministerio de Salud escuche", agregó.
Haití atraviesa por una crisis política y económica, que el mes pasado llevó a los diputados a aprobar una moción de censura en contra del primer ministro Jean Henry Ceant, sustituido por Jean-Michel Lapin, pendiente de presentar su programa de Gobierno ante el Congreso Nacional.
De lograr la aprobación, Lapin deberá enfrentar serios desafíos como la inflación, la inseguridad y la corrupción en este empobrecido país, que no ha logrado aprobar su presupuesto para este año, de 1.650 millones de dólares, y en 2018 acumuló un déficit de casi 300 millones de dólares.
La situación haitiana se agravó los últimos meses en un contexto económico difícil, con una fuerte depreciación del gourde, la moneda oficial y una elevada inflación, a lo que se ha añadido una crisis de electricidad derivada de la escasez de combustibles.
En febrero pasado, Haití, el país más pobre de América, estuvo paralizado más de una semana, en medio de violentas protestas en contra de la administración del presidente Jovenel Moise y la corrupción, generando un clima de incertidumbre y tensión social.