Las medidas de seguridad pública aprobadas por el gobierno británico en el marco de la actual pandemia obligaron a Isabel II a sentarse sola en la capilla de San Jorge para darle el último adiós a su marido el duque de Edimburgo, ya que los asistentes al funeral tenían que mantener una distancia de dos metros en el interior del templo a no ser que pertenecieran al mismo núcleo doméstico.
A la salida se pudo ver a varios miembros de la familia real británica charlando entre ellos antes de que el príncipe Carlos decidiera que todos regresarían caminando al castillo de Windsor en lugar subirse a los coches que les estaban esperando para realizar ese breve trayecto.
Ahora el marido de Zara Phillips, nieta de la soberana e hija de la princesa Ana, desveló qué hicieron más tarde, cuando se encontraban lejos de las cámaras, para aclarar que no se reunieron en privado para recordar al fallecido, en contra de lo que se afirmó en su momento.
"Eso es lo que ella hace, liderar con el ejemplo", ha afirmado Mike Tindall acerca de la entereza con que la monarca afrontó un día tan duro y que estuvo marcado además por una estricta normativa.
"Puedo decir que me pareció increíble verla, aunque en el fondo no quisiera verla [en esas circunstancias], pero todo el mundo lo ha visto ya. Incluso después del funeral, se nos dijo: 'Bien, tenéis que marcharos todos'. Así que no pudo contar con ese apoyo justo después. Creo que la forma en que se planeó y desarrolló el funeral fue excepcional", ha añadido en declaraciones al programa 'Good Morning Britain'.