La ex Comisionada de Atletismo de Cuba, la martillista Yipsi Moreno, aseguró a la periodista Julita Osendi que se enteró de su destitución al frente de ese organismo a través de la Televisión Cubana.
La llamada “furia de Agramonte” explicó que desde inicios de mayo ella había solicitado su liberación, pero no le fue concedida y, en cambio, le pidieron extendiera su ciclo hasta la lid centroamericana, a realizarse a finales de agosto en Bahamas.
“Y resulta que vengo a enterarme de mi sustitución por la televisión, sorpresivamente, cuando antes no me habían aceptado la liberación. Dime tú”, le dijo a Osendi en una extendida entrevista.
Moreno intentó defenderse de los términos “déspota y grosera” que han sido usados por varios atletas en su contra. Además, explicó que la fuga de atletas no es su responsabilidad, porque ese es un problema de todos los deportes, un problema del país.
“Nadie habla del momento histórico que vive nuestro deporte en cuanto al éxodo, ¿son representantes del atletismo solamente los que han tomado otro rumbo? La estampida de peloteros, luchadores, karatecas, boxeadores, atletas no convencionales (paralímpicos) ¿también es mi culpa?”, precisó la ex Comisionada.
“El éxodo de atletas es fácil achacármelo a mí; lo difícil es responder cuántas cosas respecto al tema puse sobre la mesa, ¿quién paga los premios y cuándo lo hace?”, agregó.
Yipsi reveló que muchos de los atletas fugados llevaban años sin recibir su pago en metálico por sus premios. Una de ellas, la discóbola Yaimé Pérez, campeona mundial, quien lleva tres años esperando por un pago.
“La discóbola Yaimé Pérez estaba desilusionada, había problemas con la entrega de sus premios desde hace tres temporadas. Eso no pasa por mí. Me preocupé, pero no lo determino yo”, añadió.
Finalmente, la ex olímpica de la isla declaró que piensa alejarse por un tiempo del Atletismo para desintoxicarse de todo el estrés y las decepciones que la responsabilidad de este cargo le ha traído. Para lograrlo, cuenta con su familia más cercana y sus amigos.
“Quiero desintoxicarme de tanto estrés y de tantas decepciones, olvidar lo que significa pasar de ser una persona querida y respetada a otra odiada y despreciada, ¡es duro, durísimo! Pero sé que hay un futuro. Quien piense que me enterró en vida… ¡Se equivocó!”, concluyó Moreno.