El joven futbolista de 15 años Jaime Guerrero Messousi, que militaba en las categorías inferiores del CD Móstoles, de la Segunda División B del fútbol español, fue asesinado este fin de semana por un machetazo en el pecho en una calle de Madrid, la capital española.
El chico caminaba por una calle madrileña del centro de la ciudad cuando se vio envuelto en una pelea callejera entre dos grupos, y fue agredido sin que mediara una palabra entre él y sus asesinos. El futbolista había acudido con sus amigos a una discoteca en la calle Atocha, donde se realizaba un evento para menores de edad.
Según las investigaciones policiales, Guerrero había asistido a una disco en la noche y sus amigos tuvieron una riña con otro grupo, pero él no estuvo involucrado. Cuando salieron del antro, el adolescente no pudo escapar de la riña que continuó fuera del local, y uno de los contrarios lo mató de un machetazo.
Como consecuencia de la herida, Guerrero sufrió un paro cardiorrespiratorio aunque algunos transeúntes le aplicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar e incluso usaron un desfibrilador semiautomático que consiguieron en un restaurante de la zona. Cuando los equipos de emergencia llegaron al lugar, continuaron con las maniobras de reanimación, pero el joven murió en la acera.
La Policía Nacional de Madrid se hizo con las imágenes grabadas por una cámara de seguridad del exterior de la discoteca y está en medio de las investigaciones. Hasta el momento no se han efectuado detenciones vinculadas al caso.
Jaime jugó su último partido con el CD Móstoles en la mañana del mismo día en que falleció. Sus familiares y amigos señalaron que era un chico que no buscaba “problemas”, evitaba los “líos” y no pertenecía a ninguna pandilla. “Un chico sin problemas”, afirmaron.