Los Alazanes de Granma, el equipo representante de Cuba en la semana beisbolera de Haarlem, perdió por tercera ocasión consecutiva, esta vez frente a al de de Estados Unidos, y terminó la jornada con balance de 0-3, en el último puesto de la tabla de posiciones.
El elenco reforzado de Granma cayó ante Estados Unidos con lechada de 2-0. Cómo habíamos anunciado, el pitcheo no se ha comportado bien, pero los “bates fríos” siguen siendo el gran problema de los cubanos.
Ante los norteamericanos, la ofensiva de los Alazanes flaqueó a lo largo de todo el choque, y tampoco pudieron descifrar los lanzamientos contrarios, al extremo de tomarse 11 ponches, siete de ellos con compañeros en circulación.
En el tercer episodio, los norteamericanos aprovecharon par de boletos del abridor cubano José Ramón Rodríguez. De inmediato, dispararon dos incogibles consecutivos de Jacob González y Wyatt Langford, tercer y cuarto hombres en la alineación de los norteños. Allí marcaron las dos anotaciones que al final hicieron la diferencia.
Los cubanos amenazaron en dos ocasiones con igualar el desafío o. al menos, descontar, cuando en la cuarta y sexta entrada embasaron a hombres en posición anotadora, pero ninguno de la tanda alta de los Alazanes consiguió siquiera rozar la pelota.
Guillermo Avilés, Dennis Laza y el capitán Carlos Benítez, nada pudieron hacer ante lanzamientos que superaban las 95 millas. Una velocidad que en la Serie Nacional cubana poco se ve.
Luego de esta derrota, la selección cubana está obligada a vencer en los dos partidos que le restan (frente a Curazao e Italia) para conseguir su pase a los cruces de semifinal. Cuba está en la última posición del torneo, sin victorias y con tres derrotas. Curazao e Italia han conseguido al menos una sonrisa.
“Mientras los que dirigen el deporte en Cuba no pongan los pies en la tierra, mientras el triunfalismo y la política invadan el deporte, mientras la prensa deportiva no le llame por su nombre a las cosas, duélale a quien le duela, pues seguiremos pasando bochornos”, precisó un aficionado tras el resultado desastroso de este equipo.