Tratar de elegir quién es el mejor deportista masculino que triunfa fuera de Cuba es tirarse a una piscina vacía, jugarse el pescuezo. Sobre todo, porque estos hombres tuvieron que lidiar con el calvario de salir de su país y comenzar a labrarse una historia real otra vez.
Muchos pudieran estar en esta lista, pero más que una lista, es un homenaje a estos héroes cubanos que han sabido triunfar más allá de las puertas del INDER.
Aquí presento a los que, a mi entender, son los cinco deportistas del momento:
El primero es Leinier Domínguez. El actual ajedrecista de la armada estadounidense vive los mejores momentos de su carrera. Nacido en Güines el 23 de septiembre de 1983, Domínguez es considerado el mejor ajedrecista cubano después de José Raúl Capablanca, uno de los mejores de todos los tiempos. Hoy en el 2020 su realidad es más placentera. Después de pasarse dos años sin competir, participó en el 2019 en el torneo nacional de EE.UU., donde quedó segundo. Cedió la corona en la última ronda y logró el subcampeonato nada más y nada menos que por detrás de Hikaru Nakamura, que ya sabe lo que son 2800 puntos de Elo.
Llegó a estar en el puesto ocho del ranking mundial el 17 de julio de 2019. Toda una barbaridad de este genio que ha sabido pelear contra los más grandes ajedrecistas, incluso alcanzando el performance de 2932 de Elo durante un torneo. Con una actuación así, es lógico que le teman los monstruos del ajedrez. Y si no, pregúntenle a Wang Hao, que todavía debe estarse lamiendo las heridas provocadas por Leinier durante una partida rápida que ya estará por siempre registrada en la historia del ajedrez mundial.
Nuestro ajedrecista actualmente está en el puesto 12 del ranking mundial, con 2758 Elo, una cifra que ya lo posiciona como uno de los candidatos a campeón del mundo y sabemos que en algún momento va a ir tras la corona del noruego Magnus Carlsen. Leinier ya quedó por delante del noruego en uno de los fortísimos torneos de Biel, Suiza, así que lo puede volver a hacer. Lo veo venir.
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Los argentinos tienen a Leonel Messi, los norteamericanos a LeBron James, los británicos a Lewis Hamilton, los colombianos a Caterine Ibargüen, los mexicanos a Saúl “El Canelo” Álvarez. Bueno, nosotros tenemos a Wilfredo León, el segundo en mi lista.
Es el mejor voleibolista del mundo y si no lo creen pregúntenle al voleibolista francés Earvin Ngapeth.
Nacido el 31 de julio de 1993, en Santiago de Cuba, y con 2.01 de estatura, León es uno de esos deportistas que cuando lo tienes de contrario enseguida pierdes todas las esperanzas. El rey león, como también se le conoce, debutó en un mundial con la selección cubana con solo 14 años, que viene siendo el equivalente del debut no oficial de Messi con 16 años.
Desde entonces el muchacho todo lo que ha hecho es triunfar a donde quiera que llegue. El rey león, que tiene pasaporte polaco y juega por la selección de ese país, ha ganado, nada más y nada menos, que cuatro Champions con el Zenith Kazan. Nadie más lo ha hecho. Eso es el equivalente de las tres Champions consecutivas conseguidas por el Madrid de Zidane, para que tengan una idea. La proeza le valió a León para convertirse en el voleibolista más pagado del mundo.
Recientemente renovó su contrato con el Club italiano Perugia, donde juega en la actualidad y con el que ha ganado dos títulos ya: La copa Italia y la Super Copa, torneos en los que quedó como el jugador más valioso. Sencillamente una bestia, señores.
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El tercero en mi lista es Yuliesky Gourriel, uno de los hijos pródigos de la pelota cubana, uno de los niños de la casa. El ahora jugador de los Astros de Houston aguantó todo lo que pudo en Cuba, hasta que decidió emprender vuelo.
El Yuli, como popularmente se le conoce, nació en Santi Spíritus el 9 de junio de 1984 y llegó supuestamente a las Grandes Ligas dos o tres años tarde, o eso creían muchos.
Lo que sí no esperaban los escépticos es que esa misma temporada de 2017 el Yuli ganara su primer anillo de Serie Mundial. Y no solo que ganó, sino que fue uno de los grandes protagonistas de esos play-off que lo encumbraron como uno de los grandes peloteros cubanos que han sido campeones en el béisbol de Grandes Ligas de EE.UU.
Bateando 323, con dos jonrones y ocho impulsadas, Yuliesky fijó la marca como el cubano con más hits (21) en unos play-off.
En una Serie Mundial ganada ante a los Dodgers de Yasiel Puig, El Yuli vivió momentos grandísimos, como esa jugada deslizándose en primera base para sacar out, el altercado con el japonés Yu Darvish y, para mí el más emotivo, el jonrón que le propinó al mismísimo Clayton Kershaw durante el quinto juego. Para erizarse señores.
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Lo que puedo contarles de Marcel Hernández es poco. La primera vez que vi a este muchacho pensé que la selección nacional después de tantos años había logrado producir un delantero Top. Esa tarde en el Pedro Marrero la selección mayor empató uno a uno en un amistoso contra Nicaragua, con un gol de este Legionario que es el cuarto en mi lista.
Lo que yo no sabía es que tiempo después iba a tener la oportunidad de jugar con él y mejor aún, jugar bajo sus órdenes. Porque no sé si muchos lo sepan, pero los conocimientos de Marcel en materia de fútbol son los equivalentes para que cuando culmine su carrera deportiva haga carrera como entrenador, pero falta mucho para eso. Ahora, a varios meses de haber cumplido sus 30 años, este señor es uno de los diez delanteros más temidos de toda Centroamérica.
Marcel llegó a Costa Rica y conquistó. Jugando para el Cartaginés, con el que ya renovó, se ha echado al bolsillo a toda su hinchada y no solo por su carisma, que es un hombre excepcional, sino también con sus goles.
Cuando Marcel entra a la cancha se convierte en un gladiador y detenerlo es tarea difícil, tan difícil que en la temporada pasada terminó como el líder goleador de la liga costarricense y, además, como el mejor futbolista extranjero de esa liga. Vamos. Este hombre es de nuestros mejores legionarios y orgullo nacional.
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Onel Hernández es el último en mi lista y también sería ese jugador que, jugando para nuestra selección mayor de fútbol, estaría en cada una de las portadas de presentación del equipo. Sería nuestro legionario en el que más pensarían los defensas contrarios antes de iniciar el partido.
Aquí respiro para escribir, porque Onel Hernández se convirtió en ese crack que siempre soñamos poder tener todos los que amamos el fútbol en Cuba. Onel saltó de Alemania para Inglaterra a jugar en una de las segundas divisiones más duras del mundo y, sobre todo, la más seguida.
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El Norwich City, el equipo donde juega, ganó esa división convirtiéndose esto en una fiesta de la que nuestro Legionario formó parte, marcando seis goles y haciéndose esa foto hermosa con la bandera cubana que hoy recorre el mundo.
Y de ahí todo lo que ha ocurrido ya forma parte de la historia del fútbol. Porque nuestro Onelito, como se le conoce entre los hinchas de la Isla, se convirtió en el primer futbolista cubano en jugar en la Premier League.
Y como si nada, entra de cambio contra el mismísimo Manchester United, gana la pelota en el medio del campo y hace un golazo que lo celebra con ganas y sacándole la lengua, escuchen bien, a todo el Old Trafford. Sí, sin palabras. Apaga y vámonos.
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