El boxeador cubano Arlen López se proclamó este 4 de agosto campeón olímpico del peso semipesado (75-81 kg) en los Juegos Olímpicos de Tokio luego de imponerse en el combate final ante el británico Benjamín Whitaker (4-1).
El guantanamero ya había conquistado el oro en el peso medio en los anteriores juegos de Río 2016 y se llevó el duelo ante Whittaker por decisión dividida de los jueces, aunque muchos vieron ganar al cubano con muchísima facilidad. Con ello, los boxeadores cubanos suman su segundo título para la isla en la lid nipona, luego que Roniel Iglesias diera el primer metal dorado en su peso wélter.
Igualmente en peso ligero, otro cubano Lázaro Álvarez ganaba la medalla de bronce. Por el momento acumulan dos oros y un bronce, pero quedan dos chances más por la medalla dorada, así que la isla sumaría otros metales lo que la afincaría fácilmente en una posición dentro de los 20 primeros países. El boxeo debe dar ese empujón final.
"Estamos muy contentos (en referencia a su familia y equipo) por el sacrificio que he hecho. Seguimos de pie, dándole alegrón al pueblo, a los familiares y a las personas que nos quieren", dijo López en la rueda de prensa posterior a su victoria en Japón.
El guantanamero llegaba a Tokio no solo con la credencial de ser el campeón olímpico en Río. También logró el Mundial de 2015, el oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y el de los Campeonatos Panamericanos de 2017. En su carrera ha ganado 127 veces (20 por knockouts) y ha perdido solamente 17 peleas a lo largo de su historial.
Tras este resultado, Cuba ya acumula 12 medallas en Japón: cinco de oro, tres de plata y cuatro de bronce. Hasta el momento marcha en el puesto 13 del medallero, encabezando a todos los países latinoamericanos, como potencia deportiva.