Tráfico de Arte en Calle Línea

Este sábado la calle Línea cambió su dinámica cotidiana y el tráfico de Arte sorprendió a todos. Bajo el nombre de 3 KM por la Cultura se detuvo el tránsito acostumbrado, a propósito de la XIII Bienal de la Habana.
Tráfico de Arte en Calle Línea. XIII Bienal de La Habana. / Foto: ADN CUBA
 

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Este sábado la calle Línea cambió su dinámica cotidiana y el tráfico de Arte sorprendió a todos. Bajo el nombre de 3 KM por la Cultura se detuvo el tránsito acostumbrado, a propósito de la XIII Bienal de la Habana. A más de la mitad del evento de Artes Plásticas más esperado en la Isla por fin se siente su entusiasmo en un espacio público, avivándose el espíritu de una Bienal que esperó cuatro años para volver.

Organizado en días, dentro de una cartelera abierta que no se encuentra totalmente en ningún sitio, irrumpió una Habana Performática en un Corredor Cultural que mantendrá su presencia sistemática como parte de las celebraciones por el 500 aniversario de la ciudad. El teatro, la danza, el diseño, la música y las artes plásticas propusieron sus piezas para concretar un poco el eslogan de la Bienal: “Construcción de lo Posible”.

El recorrido, que comenzó en la calle L, incluyó para los niños a La Colmenita. Cada ciertas distancias el proyecto Espacios, mediante instalaciones interactivas, informaba de planes de remodelación pensados para la Avenida y sus sitios más emblemáticos.

 

La compañía de teatro El Público, de la mano de Carlos Díaz, mostró un monólogo recién estrenado, La Zapatera. Protagonizado por Yailene Sierra, el texto de Fabián Suárez pone en voz de una mujer emprendedora la fe de vivir en un país en construcción.

Una conga condujo a la multitud hacia las afueras de Acosta Danza, que con una coreografía llena de fuerza e histrionismo deleitó a todos, seduciéndolos a jugar, a confiar los unos en los otros.

Ya a las alturas de la calle 12, El Ciervo Encantado, bajo la dirección de Nelda Castillo, intervino con seis acciones performativas inspiradas en la literatura cubana. Con la mirada aguda que caracteriza a este colectivo aparecieron personajes -máscaras inspirados en la obra de autores como Alejo Carpentier, Samuel Feijó, Silvestre de Balboa, Dulce María Loynaz, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Virgilio Piñera, Carlos Felipe y Severo Sarduy.

Hacia el final, en la antigua fábrica de bicicletas de 18, Glenda León esperaba con una instalación in situ, Mécanica Natural, y con una visión global llamaba la atención sobre lo responsables que somos de nuestro mundo en decadencia.

La noche terminó con música, sets de Djoy de Cuba, Wichy de Vedado y Alexis de la O, pero más allá de la sensación festiva quedó el convencimiento de que los artistas en Cuba se preocupan y ocupan por el futuro de la nación. El tráfico de ideas y de ansias por un país mejor quedó en la calle. Las propuestas fueron hechas, espero que el público haya sido receptivo y el eslogan de la Bienal sea su impulso.

 

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