El joven estilista y rapero Robert El Ninho, nacido en Candelaria, Pinar del Río, migró a la capital cubana, hace poco más de 2 años. Cuando ya era inminente la salida de su región natal, decidió, por iniciativa de un amigo, salir al parque de su pueblo a pelar gratis a todos los vecinos que así lo desearan y como banda sonora de aquella despedida eligió la música con la que se identifica, el Hip Hop.
El éxito de aquella espontánea fiesta de barrio lo llevó a rehacer la intervención en su nuevo hogar. La única pretensión era pasar un rato divertido, unirse a los nuevos vecinos en un acto de fraternidad y escuchar buena música. Puede que este haya sido su verdadero y principal objetivo, ofrecer una alternativa sonora a vecinos acostumbrados al consumo, agresivo y constante, de música urbana de moda y con contenido de adultos, a los que se exponen también los niños sin prever las consecuencias en su formación.
Barbers Streets Cuban Hip Hop ya es un proyecto con nombre, misión y visión, con el objetivo comunitario de sembrar valores culturales en sus asistentes, de maximizar el orgullo negro, el amor propio y el respeto a la afro-descendencia.
Los barberos y estilistas se reúnen en los barrios marginales de La Habana, aunque ya han explorado otras provincias, y apuestan por el cuidado de la presencia estética de los vecinos. Como valor agregado han incorporado el intercambio de libros con el público, que a cambio de un nuevo look deben entregar o llevarse un ejemplar. También los raperos se han unido a estas fiestas y en cada edición ofrecen un show en vivo de forma gratuita, asisten los consagrados y muy noveles MC’s, siempre portando un mensaje reflexivo, social, comprometido y positivo.
La última edición de Barbers Streets se dio en el barrio de Pogolotti. El domingo 17 de marzo, en la comunidad “El Tanque” los recibió el proyecto Sonrisas de Esperanza, quienes gestionaron todos los permisos pertinentes (CDR y PNR) para llevar la acción como dicta la ley. A los 13 estilistas citados se sumaron otros 4, según la cantidad de libros intercambiados fueron atendidas aproximadamente 300 personas desde las 10.00 am y sin un horario marcado para su fin.
Entrada la tarde comenzaron a “echarla” los raperos, DJ Neury en las máquinas y 15 agrupaciones programadas, y a pesar de la oscuridad del día que acababa siguieron trabajando los barbers.
Entonces llegó el karma del rap en Cuba a dar su ultimátum. Karma por decir algo optimista y pensar que con una limpieza espiritual esto podría cambiar. Llegaron a actuar 10 raperos, El Karnal, El Ciudadano, El Limba, Escobar, Papagoza, Rosseman, Diáspora, John Hight , Tornillo y El Portador fueron los afortunados. Repentinamente, a pesar de las protestas de los asistentes y de la intención de los voluntarios de seguir, el show fue detenido, tal cual profesa el “aún no implementado” Decreto Ley 349 y en una fiel demostración de la poca garantía que implica hacer las cosas “según lo establecido” y solicitar todos los permisos competentes.
Es un ejercicio cotidiano, es fácil amilanar las iniciativas de los jóvenes, dejarlos sin voluntad, hacerlos rendirse y huir. Proponemos a los chicos de Barbers Streets exorcizar los demonios de la intolerancia en su próximas intervenciones, hacer una limpieza al rap, pedir a los asistentes una oración, un rezo, un deseo, una buena vibra, un pensamiento positivo, una vela, una encomienda a la Fe que profesen para limpiar el aura que cargan los artistas y organizadores de los eventos de rap.
Sigan con sus propósitos y luchen por el lugar que les pertenece, las buenas intenciones las recibe quien las necesita y serán recordados; el resto, algún día, dejará de existir.