Mariela Castro y las “patrañas del imperialismo”

Nadie sabe qué aire respira Mariela Castro. Qué oxígeno contaminado entra a sus pulmones y crea un efecto químico que llena su espacio de patrañas del imperialismo.
Mariela Castro y las “patrañas del imperialismo”
 

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Abre la ventana y no hay sol. Ha de ser una patraña del imperialismo, empeñado en amargarle la vida a cada cubano en particular y a la isla de Cuba en general. Va a abrir la puerta y está trabada, intenta hacer café y la cafetera no cuela, marca un número en el teléfono y está muerto. Todas son patrañas del imperialismo. Los avestruces, las langostas, las alucinaciones. Menos su padre, el General, y su tío, el convidado de piedra, todo en Cuba pudiera ser una patraña del enemigo.

Nadie sabe qué aire respira Mariela Castro. Qué oxígeno contaminado entra a sus pulmones y crea un efecto químico que llena su espacio de patrañas del imperialismo. Es posible que un día no muy lejano, alguien al servicio del imperialismo pueda crear patrañas para ella sola, patrañas Mariela, que sería un buen nombre comercial, con gancho.

Ahora, en medio del desconcierto de la población por el secuestro de dos médicos cubanos en Kenia, la hija del ex presidente (que sigue teniendo el mando en la sombra) suelta a través de su cuenta de Twitter esa prenda de que el secuestro de los  cubanos  es “otra patraña del imperialismo”. Patrañas del imperialismo que de pronto subordina y supedita a todo el terrorismo mundial para atacar a Cuba, para dañarle el entorno a Mariela Castro y a su padre, el general delirante, porque, según su aseveración: “A ellos (a los imperialistas) responde el Estado Islámico”.


 

 

Mariela, como su padre, y como el rechoncho y rechocho general Guillermo García, como el flagrante presidente Puestoadedo Díaz-Canel, están perdidos en historia, en geografía, en cultura y en religión, amén de que no ven más allá de las patrañas que el imperialismo ha puesto en las puntas de sus narices. No imagino a los terroristas islámicos, cuyo fin es destruir la civilización occidental, poniéndose al servicio del país que lidera, para decirlo de alguna forma, ese mundo.

Pero a Mariela le viene bien levantarse y conectarse a internet, y antes de navegar por las turbulentas aguas de la moda, por la sexualidad y su cada vez más inmensas divisiones, subdivisiones, categorías y sub categorías, meter su dedo patriótico en Twitter, que es muy chic, y entonces, sazonada con hashtags y consignas que no convencen ni al avestruz del patio como “Somoscontinuidad”, “ConCubanoteMetas” y esa que parece el estribillo de un guaguancó, que dice: “CubaDigna”, Cuba hermosa, Cuba es un jardín de rosas.

Y ya tranquila, respirando el aire cargado de patrañas, dispuesta a resistir lo que venga, afirma sin querer que los secuestradores del Estado Islámicose metieron en un pantano” al secuestrar a los dos médicos cubanos, que nadie sabe por qué fueron enviados a esos confines y con qué fines lo han hecho.

Menos mal que ella, entre tanta patraña, ha dicho una única verdad: Cuba es un pantano.

 

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