El legislador Ernesto Bustamante, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso peruano, rechazó este 6 de diciembre la aceptación de Carlos Zamora como embajador de Cuba en ese país.
El grupo parlamentario pidió explicaciones al canciller Oscar Maúrtua por la llegada al país de “un especialista en extorsión, enemigo del Perú”, que “vergonzosamente fue aceptado por la Cancillería”, declaró Bustamente Perú21.
“Es una vergüenza que la Cancillería haya aceptado que Zamora funja como embajador, es un especialista en extorsión, en conseguir secretos de las personas para luego chantajearlas y con esos secretos cumplir sus misiones”, precisó el político.
“El canciller Maúrtua deberá explicar ante la comisión qué consideró para aceptar una persona tan peligrosa —agregó—, enviada por el gobierno de Cuba, un país que los últimos 60 años se caracteriza por exportar su revolución comunista”.
Si la respuesta de la Cancillería no satisface a los parlamentarios, pedirán la presencia del Canciller y evaluarán su interpelación. “No es paranoia, tenemos a este ‘embajador’ que es un coronel del servicio de inteligencia cubano”, dijo.
En esa misma línea, el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento incidió que Zamora fue enviado para “iniciar un proceso de subversión como la cabeza visible, de equipos de avanzada de Inteligencia cubana que ya están dispersos en todo el país”.
“Seguramente luego nos enviarán a otro espía, lo mejor sería que se suspenda las relaciones con Cuba; preferible es no tener embajador de una república dedicada a exportar subversión y comunismo o tener un agente de Cuba indeseable, intentando entrometerse en problemas internos. Resultamos siendo el tonto útil que le da conformidad, no debió aceptarlo”, remarcó Bustamante.
Antes de Perú, Zamora fue embajador en Ecuador (1984), Brasil (2009), El Salvador (2017) y Bolivia (2019), donde fue acusado de promover los disturbios tras la renuncia de Evo Morales.
El presidente Pedro Castillo, un exprofesor de enseñanza primaria, asumió el mandato a fines de julio tras postularse al cargo como invitado del partido Perú Libre, de tendencia marxista.
Tras nombrar a varias figuras moderadas en su Gabinete, fue acusado por ese partido de dar un giro al "centroderechismo", y amenazado con no tener su apoyo en el Congreso, dominado por la oposición.