El opositor Alexei Navalny señaló este martes al presidente ruso Vladimir Putin como un “funcionario mediocre” y “asesino” que pasará a la historia como “El envenenador”.
Navalny declaró que su comparecencia ante un tribunal era un intento de “asustar a millones” de conciudadanos y volvió a acusar a Putin de ordenar su envenenamiento con un agente nervioso el verano pasado.
“Sabe usted, hubo un tal Alejandro (II) el Libertador y un tal Yaroslav el Sabio. Y nosotros tendremos a Vladimir, el Envenenador de Calzoncillos”, afirmó Navalny.
El opositor subrayó que “todos se han convencido de que él [Putin] es un simple funcionario de tres al cuarto, que fue puesto en el cargo por casualidad. Nunca ha participado en un debate. Su único medio de lucha es el asesinato”.
Luego del envenenamiento, lo mandan a prisión
El sistema judicial ruso intentó acallar este martes la actividad política y las denuncias de corrupción contra el gobierno del líder opositor, durante los próximos años, al enviarle a prisión por casi tres años, por “violar los términos de la libertad condicional” en un antiguo caso penal.
“La pena suspendida (…) debe ser revertida y la condena de prisión debe ser cumplida efectivamente en una cárcel general” de seguridad media, falló la jueza Natalia Répnikova tras solo cuatro horas de vista judicial y dos de deliberaciones de la magistrada que sustituyó a última hora a la titular del caso.
Lea también
La pena suspendida dictada en 2014 contra Navalny y que la juez convirtió en real hoy era de 3,5 años, pero la sentencia tendrá en cuenta los meses que el líder opositor pasó en arresto domiciliario por este caso, por lo que finalmente tendrá que cumplir 2 años y ocho meses de prisión, según su abogada Olga Mijáilova.
Navalny, que lleva ya 15 días en la prisión preventiva de Matrósskaya Tishiná, -tiempo que también se descontará de su condena-, dibujó un corazón sobre el cristal de la pecera en la que se encontraba y dijo a su esposa Yulia: “No te pongas triste, todo irá bien”.
“Vamos a apelar, naturalmente (…)” dijo Mijáilova fuera del Tribunal Urbano de Moscú, a dónde se trasladó la vista desde la corte de distrito de Simónovski debido a la gran atención mediática y donde a lo largo de la jornada las fuerzas de seguridad detuvieron a unas 370 personas, que acudieron al lugar para apoyar a Navalny.
El equipo del líder opositor y activista anticorrupción de 44 años llamó inmediatamente a los seguidores de Navalni a protestar esta misma noche cerca del Kremlin contra el fallo, algo que las autoridades ya habían previsto porque cerraron todos los accesos y desplegaron un fuerte dispositivo policial.
El fallo supone desarmar durante casi tres años a Navalny, que quería aprovechar la indignación de muchos rusos por su envenenamiento, los casos de corrupción y la mala situación económica en el país para promover el voto en contra del partido del Kremlin en las elecciones legislativas de septiembre próximo.
Durante la vista, el político opositor aprovechó para arremeter contra el presidente ruso, Vladimir Putin, al que acusa de haber ordenado su envenenamiento con Novichok en agosto de 2020.
Putin, “pasará a la historia como envenenador”, dijo. “Ahora tendremos a Vladímir el ‘Envenenador de Calzoncillos’”, indicó con sorna.
Navalni aludía así a la confesión que arrancó en diciembre pasado a uno de los agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) que participó en la operación secreta para envenenarle y quien le dijo que el agente tóxico fue rociado en el interior de uno de sus calzoncillos.
“Mi vida vale tres centavos”, añadió, y saludo a “toda la gente honesta que no tiene miedo a salir a las calles en todo el país”, como hicieron decenas de miles de rusos el 23 y 31 de enero resistiendo la represión y las casi 10 mil detenciones en total.
En la sala varios diplomáticos siguieron la vista, lo que causó nerviosismo en el Kremlin y el Ministerio de Exteriores, que interpretaron su presencia no solo como una interferencia en los asuntos internos de un Estado soberano, sino también como un intento de presionar a la jueza.
Según informa la prensa local, varios cientos de personas salieron a la calle en la capital pese al gran dispositivo policial desplegado por la policía moscovita en previsión de protestas antigubernamentales.
Decenas fueron detenidos en las inmediaciones del Kremlin, donde habían sido movilizados varios cientos de efectivos de la Guardia Nacional. La policía también procedió a apresar manifestantes cerca del Teatro Bolshói y la Plaza Pushkin, incluido a aquellos que decidieron marchar por la calzada en la céntrica calle Tverskaya.
Además, al igual que ocurriera en las últimas dos jornadas de protestas, las autoridades moscovitas decidieron cerrar varias estaciones de metro.
Según la organización independiente OVD-Info, unas 430 personas fueron detenidas este 2 de febrero, en su mayoría en las inmediaciones del Tribunal Urbano de Moscú, que sentenció a Navalny.
El opositor, recordando la represión y la detención de miles de personas durante las manifestaciones de los dos últimos fines de semana, dijo que esperaba que cada vez más gente se diera cuenta “de que encarcelar a millones o cientos de miles de personas es imposible”.
“Cuando se den cuenta de ello, y ese momento llegará, verán que no se puede encarcelar a todo el país”, aseguró.
(Con información de EFE e Infobae)