El líder opositor ruso encarcelado Alexei Navalny perdió 8 kilos durante su estadía en la colonia penal No. 2 de Pokrov, según informó en su cuenta de Twitter.
Según dijo, la rápida pérdida de peso se debe a que “no se le permite dormir y se le despierta 8 veces por noche”.
El oponente más destacado del presidente Vladimir Putin, anunció una huelga de hambre el miércoles para exigir un tratamiento médico adecuado en prisión.
Aún se está recuperando del envenenamiento del pasado mes de agosto, cuando comenzó a aullar de dolor y colapsó en un vuelo de Siberia a Moscú, lo que obligó al avión a realizar un aterrizaje de emergencia en la ciudad de Omsk. Fue tratado durante varios días por médicos locales y finalmente fue trasladado a Berlín en coma inducido.
Navalny dice que en prisión sufre de dolor de espalda severo y entumecimiento en las piernas y solo le han dado analgésicos.
La abogada de Navalny, Olga Mikhailova, dijo que su cliente no podía permanecer de pie. La esposa de Navalny, Yulia, también habló sobre la mala salud de su esposo y pidió que lo liberaran. Él mismo escribió que la pierna está perdiendo sensibilidad. La defensa tiene la intención de solicitar su traslado a Moscú para recibir tratamiento.
El hombre de 44 años está cumpliendo dos años y medio por cargos de fraude en una colonia penal al este de Moscú. Fue arrestado cuando regresó a Rusia en enero desde Alemania, donde había pasado meses recuperándose de un envenenamiento casi fatal que atribuye al Kremlin.
Navalny dijo que este hecho lo llevó a preguntarse sobre las causas de sus trastornos y que la huelga de hambre sería un buen recurso ante su grave estado físico, con dolores de espalda y la pierna derecha e insensibilidad en la pierna izquierda.
"¿Qué otra cosa podía hacer?", escribió. "Me he declarado en huelga de hambre para exigir que permitan la visita de un médico invitado como permite la ley. Así que estoy tendido aquí, hambriento, pero todavía con dos piernas".
Antes de la condena, Navalny había sido trasladado a una prisión en Moscú, a una colonia penitenciaria en Pokrov, en la región de Vladimir, 85 kilómetros (53 millas) de la capital rusa.
Esta instalación, llamada IK-2, es conocida por su régimen estricto, que obliga a los presos a permanecer de pie durante horas.