Una ciudad de 10 millones de habitantes al nordeste de China, Harbin, se ha convertido en la “nueva zona roja” del coronavirus en el país. Las autoridades restringieron los movimientos en la ciudad para tratar de contener la expansión del peligroso patógeno.
Harbin, la capital de la provincia de Heilongjiang, ha prohibido a los vehículos de fuera entrar en las zonas residenciales, según los medios locales. Días atrás la ciudad obliga a los ciudadanos que regresan de fuera a permanecer aislados.
Heilongjiang comparte frontera con Rusia, por lo que las autoridades tratan de identificar a todas las personas que regresan del país vecino para tratar de detener la transmisión del virus a la población local.
“Todos los casos confirmados y los sospechosos han estado cerca de personas asintomáticas o con personas que deben estar en cuarentena y ser sometida a las pruebas”, aseguran los medios citando a fuentes de la ciudad de Harbin.
A principios de abril, Harbin implementó una cuarentena de 28 días para las personas que regresaban del extranjero, que además deberán ser sometidas a distintas pruebas para ver si son transmisoras de la enfermedad.
El gobierno además ha cerrado durante 14 días las zonas residenciales donde se han confirmado casos positivos, en muchas ocasiones personas asintomáticas.
Harbin, que mantiene vuelos directos con Rusia, se ha convertido en la principal fuente de contagio dentro de China. El pasado martes se confirmaron siete nuevos casos elevando el número de infectados de la ciudad a 52, sin incluir a aquellos que ya se han curado.
Asimismo, se suman tres nuevos casos procedentes de Rusia, y cerca de mil 400 personas están bajo supervisión médica por si muestran algún síntoma de la enfermedad. En China hay un total de 82 mil 788 casos confirmados y el número de muertes ascendería a cuatro mil 632.