Evo Morales y Luis Inácio Lula da Silva, expresidentes izquierdistas de Bolivia y Brasil, respectivamente, serán dos de los invitados especiales del peronista Alberto Fernández a su asunción como el nuevo jefe del Ejecutivo en Argentina, el 10 de diciembre, informó este miércoles el periódico Clarín.
Sin embargo, aún es incierto si al evento será invitado el venezolano Nicolás Maduro, muy cercano a la vicepresidente electa Cristina Kirchner (y expresidenta del país), pero que Fernández, menos entusiasta de la izquierda chavista, parece no estar seguro si lo quiere en el acto.
Fuentes cercanas a la organización de la ceremonia señalaron a Clarín que será decisión de Fernández invitar o no a Nicolás Maduro a la ceremonia.
“No lo conoce y nunca habló con él”, le dijo al diario una fuente cercana al presidente electo.
Con respecto a las invitaciones a Lula y Morales, serán cursadas en los próximos días, y también se girarán a todos los mandatarios de la región, entre ellos Sebastián Piñera, Tabaré Vázquez, y otros.
No será invitada Jeanine Añez, la autoproclamada presidente provisional de Bolivia, a quien Mauricio Macri no reconoció como mandataria interina. Menos aún la reconocerá Fernández, que calificó lo ocurrido en Bolivia como un golpe de Estado contra Morales.
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Es una incógnita si Evo y Lula harán el viaje a Buenos Aires, y en la misma situación está el ecuatoriano Rafael Correa, al que también se le extendería una invitación.
Si bien fue liberado, la situación de Lula no es la más cómoda, subrayó Clarín. Podría recibir una nueva sentencia y volver a la cárcel.
La Justicia brasileña autorizó recientemente la libertad de Lula da Silva, después de la decisión adoptada por el Tribunal Supremo de Brasil.
La excarcelación de Lula fue posible gracias a un fallo adoptado por la máxima corte del país, que, en una ajustada votación por 6 a 5, determinó que la prisión de una persona condenada antes de que se agoten todos los recursos es inconstitucional.
A Lula da Silva le faltaban más instancias jurídicas a las que acudir. Y si bien está libre en casa, el proceso contra el él sigue hasta que agote todas las acciones jurídicas que le permite la ley, según el fallo del máximo tribunal.
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La amistad de Fernández y el líder del PT le costó al argentino la enemistad de Jair Bolsonaro, el actual mandatario brasileño, que no lo saludó por su victoria electoral y mandará a un ministro para el 10 de diciembre.
Mientras tanto, Evo Morales se encuentra asilado en México, tras verse obligado, según ha denunciado, por la cúpula militar a renunciar a la presidencia de Bolivia el pasado 10 de noviembre, lo cual fue interpretado como un golpe de estado por el exmandatario.
El expresidente de Bolivia dijo el viernes que estaba "analizando la propuesta" de Alberto de recibir asilo en la Argentina, dijo Clarín.
"Quiero agradecer la propuesta del hermano Fernández y su forma de ayudarnos. Yo quisiera estar en mi país y no pierdo esperanza de volver en cualquier momento. Si me acerco a Bolivia mediante Argentina, mejor todavía. Lo estamos analizando, pero estamos esperando un poco antes de responder", explicó Morales, según el reporte de Clarín.